sábado, 20 de septiembre de 2025

BUSCAR EN LO INTERNO

 


Jesús dijo: "Busquen al ser viviente mientras vivan, no sea que mueran y traten de verlo y no puedan verlo".

Estas son técnicas: "Busquen al ser viviente...". En ti hay uno que es el viviente y otro que ya está muerto. En ti se unen dos mundos, el mundo de la materia y el mundo del espíritu, tú existes en el límite. En ti se unen dos reinos, el reino de la muerte y el reino de la vida, tú existes en el medio. Si prestas demasiada atención a aquello que pertenece a la muerte, siempre permanecerás con miedo, sufriendo, temeroso. Si prestas atención a tu centro, el cual pertenece a la vida, a la vida eterna, a la inmortalidad, desaparecerá el miedo.

Jesús dice: "Busquen al ser viviente mientras vivan...". No te lo pierdas, porque en el momento de la muerte será muy, muy difícil buscar al ser viviente.

Si por toda tu vida has estado dando tu atención al reino de la muerte, al reino de las cosas, al reino de la materia y del mundo, si has estado dando tu atención solamente al reino de la muerte, será difícil, casi imposible, mirar al reino de la vida cuando estés muerto o cuando estés muriendo. ¿Cómo podrás repentinamente dar media vuelta? ¿cómo podrás repentinamente voltear la cabeza? Será imposible, estarás paralizado. Durante toda tu vida has estado mirando hacia afuera, tu cuello está paralizado, no puedes voltear hacia atrás. Es necesario un movimiento continuo hacia el mundo de lo inmortal.

Mientras vivas, "Busquen al ser viviente mientras vivan...".

Cada vez que tengas un momento de silencio, cierra tus ojos y mira hacia adentro para que el cuello permanezca flexible, de otro modo en el momento de la muerte, estarás paralizado. Querrás ver la vida eterna, pero no podrás, porque no puedes voltear hacia atrás.

"... no sea que mueran y traten de verlo y no puedan verlo".

Y él está ahí dentro de ti, pero te aferras, te obsesionas. La obsesión con lo externo tiene que ser rota. No hay necesidad de escapar al bosque, eso no ayudará, pero en veinticuatro horas tienes suficientes momentos para mirar hacia adentro. ¡No los pierdas! Cada vez que tengas tiempo, tan solo cierra tus ojos, aunque sea por un sólo momento, y mira adentro, hacia el ser viviente. Está allí, sólo es necesario un poco de práctica para ver y armonizar con la oscuridad interna. Porque está oscuro ahora, porque estás acostumbrado a la luz externa.

Cuando sintonices con la luz interna, es una luz difusa, no oscura; una luz muy silenciosa, de mucho consuelo, de mucho alivio, pero no una luz intensa, es como el alba, como cuando el sol todavía no ha salido, y la noche ya casi se ha ido.

Hay una penumbra, un momento cuando no hay luz y no hay oscuridad. A esto lo llaman Brahma Muhurta, el momento de lo divino. Sintonízate, observa, espera, mira. Pronto tus ojos se acostumbrarán y serás capaz de ver.

No hay una luz intensa, tan solo una luz difusa, porque no es generada por un sol. Es tan solo tu luz natural, no es generada por ninguna otra cosa. Es tu propia luz, tu propia aura interna, está ahí. Cada vez que encuentres un tiempo, no lo desperdicies. Y entonces encontrarás suficientes momentos: al ir a dormir, mira hacia adentro; el día ha pasado, el mundo de la muerte ya no está, te vas a retirar, mira adentro. En la mañana, cuando recién te das cuenta que el sueño se ha ido, no hay necesidad de saltar de la cama al mundo. Espera un poco, cierra tus ojos, mira hacia adentro: es silencio. Todo el descanso de la noche ayuda, no estás tan tenso, será más fácil ir hacia adentro.

Por eso es que todas las religiones insisten en que ores cuando vas a dormir, y ores cuando regresas del mundo del sueño, estos momentos son muy buenos. En la noche estás cansado del mundo, estás hastiado del mundo, estás listo para mirar alguna otra cosa. En la mañana has descansado y el descanso ayuda, puedes mirar hacia lo interno.

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