sábado, 11 de octubre de 2025

VIVIMOS EN LA IMPERFECCIÓN

 


Jesús dijo:

"Yo soy la luz que está por sobre todos ellos, yo soy el todo, y el todo surgió de mí y el todo logró ser yo".

"Saca una astilla de madera, y estoy ahí; levanta una piedra y me encontrarás ahí".

Jesús fue preparado en una de las escuelas secretas más antiguas. Era la escuela de los Esenios. La enseñanza de los Esenios es puro Vedanta. Por eso es que los cristianos no tienen un registro de lo que le sucedió a Jesús antes de los treinta años. Tienen un pequeño registro de su niñez, y tienen un registro desde los treinta hasta los treinta y tres años, cuando fue crucificado. Unas cuantas cosas saben, pero un fenómeno como Jesús no es un accidente; es una larga preparación, no puede suceder en cualquier momento.

Jesús estaba siendo preparado continuamente durante estos treinta años. Fue enviado primero a Egipto y después vino a la India. En Egipto aprendió una de las tradiciones más antiguas de métodos secretos; después en la India llegó a conocer las enseñanzas de Buda, los Vedas, los Upanishads, y pasó por una larga preparación. Aquellos años no son conocidos porque Jesús trabajó en estas escuelas como un discípulo desconocido. Y los cristianos, a sabiendas, han dejado de lado estos registros, porque no les agradaba que el hijo de Dios haya sido también un discípulo de alguien. No les agradaba la idea de que haya sido preparado, enseñado, entrenado, eso les parecía humillante. Piensan que el hijo de Dios llega absolutamente listo. Nadie llega absolutamente listo. Si alguien está absolutamente listo, no puede venir.

En este mundo, siempre llegas imperfecto. La perfección simplemente desaparece de este mundo. La perfección no es de este mundo, no puede ser, está contra la propia ley. Una vez que alguien es perfecto, su vida entera entra en una dimensión vertical. Esto debe ser entendido: tú progresas en un plano horizontal, de A a B, de B a C y D, hasta la Z; horizontalmente, en una línea, del pasado al presente, del presente al futuro. Este es el modo del alma imperfecta, tal como el agua fluyendo en un río desde las montañas hasta la llanura y al océano, en una línea, horizontal, siempre manteniendo su propio nivel.

La perfección avanza en líneas verticales, no horizontalmente. De la A no va a la B, va más alto que A, después más alto y más alto. Para aquellos que viven en la línea horizontal, la perfección simplemente desaparece. No está presente porque pueden mirar al futuro o al pasado. Pueden mirar hacia atrás, no está ahí. Pueden mirar hacia adelante, no está ahí; pueden mirar aquí, no está aquí, porque ha comenzado una nueva línea de progresión vertical. Está yendo más alto y más alto y más alto. Se mueve en la eternidad, no en el tiempo.

La eternidad es vertical, por eso es que es el eterno ahora, no tiene futuro. Si vas en una línea horizontal, hay futuro: si vas de A a B, B está en el futuro; cuando B se vuelva presente, A estará en el pasado y C en el futuro. Tú siempre estás entre el pasado y el futuro, tu momento presente es sólo una fase pasajera: B se va volviendo C, D se va volviendo... todo se dirige al pasado. Y tu presente es sólo una línea cortada, sólo un pequeño fragmento. Para cuando te hagas consciente, se ha vuelto pasado. Un alma que se vuelve perfecta se mueve en una dimensión totalmente distinta: de A a A1 a A2 a A3, y esto es la eternidad, vive en el eterno presente. Por eso es que desaparece de este mundo.

Para entrar en este mundo tienes que ser imperfecto. Se dice en las antiguas escrituras que cada vez que un hombre se acerca a la perfección, muchas veces sucedió, dejará algo imperfecto para que pueda regresar y ayudar a la gente. De otro modo no hay manera de regresar.

Muchos Maestros han hecho eso. En el momento que sienten que algo va a volverse completamente perfecto en ellos, se aferran a alguna imperfección, sólo para permanecer aquí. De otro modo esta orilla no es para ellos. Si todas las anclas son rotas, entonces su barco zarpa hacia la otra orilla, entonces no pueden permanecer aquí. Mantendrán un ancla: mantendrán alguna relación, elegirán alguna debilidad en ellos y no permitirán que desaparezca. El círculo no estará completo, una brecha permanecerá. Por esa brecha pueden permanecer aquí. Por eso es que los hindúes, los budistas, los jainas, quienes saben muy profundamente porque han conocido a muchos Maestros, saben bien que la perfección no es de este mundo. En el momento en que el círculo está completo, desaparece de tus ojos. No puedes ver, entonces no está en la línea de tu visión, se ha ido por sobre ti, ahí no puedes penetrar.

Pero para decir que Jesús era perfecto cuando nació, para enfatizar este hecho, los cristianos han dejado de lado todos los registros. Pero Jesús fue un buscador tanto como tú, fue una semilla de mostaza tal como tú. Se volvió un árbol, y un gran árbol, y millones de aves del cielo encontraron refugio en él, pero él también fue una semilla de mostaza. Recuerda que aún Mahavira, Buda, Krishna, todos ellos nacen imperfectos, porque el nacimiento pertenece a la imperfección. No hay nacimiento para el perfecto; eres perfecto, entonces no hay trasmigración.

sábado, 4 de octubre de 2025

VIVIMOS EN LA INCONSCIENCIA

 


Jesús dice:

"Dos descansarán en una cama", tú eres la cama, "Dos descansarán en una cama: uno morirá, y el otro vivirá". Tú eres la cama, hay dos ahí "...uno morirá y el otro vivirá".

Ahora, todo el asunto es a quién se le debería dar la atención. ¿Hacia quién deberías dirigirte, hacia quién debería fluir toda la energía? ¿Quién debería ser la meta?

Por lo general, aquél que va a morir es tu meta. Por eso es que siempre estás en ansiedad, porque estás construyendo una casa sobre la arena. Va a caer, antes de que ni siquiera sea construida caerá y se convertirá en ruinas. Tú siempre estás temblando porque estás firmando sobre el agua, antes de que la hayas completado ya ha desaparecido. Tu ansiedad es debido a que estás comprometido con el reino de la muerte y no has mirado hacia la vida. Y en cada cama están durmiendo dos, y el otro es sólo un testigo.

Préstale más atención a eso, gira hacia eso más y más, eso es lo que quiere decir conversión. Conversión no quiere decir que un hindú se vuelva un cristiano, o que un cristiano se vuelva un hindú. Esto es tontera. Simplemente cambias de etiquetas. Nada se ha cambiado, porque el hombre interno permanece siendo el mismo, el antiguo molde. Conversión significa el cambio en la dirección de la atención, del reino de la muerte al reino de la vida. Es un giro de ciento ochenta grados: mirar al observador, llegar a ser uno con el observador, perderte en el observador, en la consciencia, y entonces sabes que aquello que va a morir, morirá. No produce problemas, y sabes que tú no vas a morir, no hay temor.

Jesús dijo: "Dos descansarán en una cama: uno morirá, y el otro vivirá".

Y depende de ti. Si quieres permanecer en problemas, nunca prestes atención a lo interno; si quieres permanecer siempre en angustia, entonces permanece en la periferia, no mires hacia adentro. Pero si quieres reposo, una eternidad en paz, verdad, las puertas del cielo abiertas para ti, entonces mira hacia adentro. Es difícil, es difícil porque es muy sutil. Donde lo invisible y lo visible se encuentran, donde la materia y el espíritu se encuentran, es muy sutil. Puedes ver la materia, no puedes ver el espíritu, no puede ser visto. Puedes ver lo visible, donde termina; no puedes ver lo invisible, no puede ser visto.

Entonces, ¿qué hay que hacer? Simplemente permanece en el límite de lo visible, y no mires a lo visible, mira en la dirección opuesta. Gradualmente, lo invisible puede ser sentido. Es una sensación, no es un entendimiento; no lo puedes ver, sólo puedes sentirlo. Es tal como una brisa: viene, la sientes, pero no la puedes ver. Es tal como el cielo: está ahí, pero no puedes decir dónde, no lo puedes señalar, no lo puedes tocar. Siempre está ahí, tú estás en eso, pero no lo puedes tocar.

Permanece en el límite de lo visible mirando en la dirección opuesta. Esto es lo que es toda la meditación. Cada vez que puedas encontrar un momento en paz, cierra tus ojos, deja tu cuerpo atrás y todos los asuntos corporales y el mundo de la muerte; el mercado, la oficina, la esposa, los niños, déjalos a todos. No sentirás nada adentro la primera vez.

Hume ha dicho que: "Mucha gente ha hablado de ir adentro y mirar. Cada vez que miro, no encuentro nada -sólo pensamientos, deseos, sueños, flotando aquí y allá- sólo un caos". Tú también sentirás lo mismo. Y si concluyes que no hay nada que valga la pena, en ir una y otra vez para ver este caos, entonces lo perderás. Al principio verás esto, porque tus ojos sólo pueden ver esto, necesitan un giro. Permaneces simplemente ahí mirando a los sueños flotando. Flotan como nubes en el cielo, pero entre dos nubes, a veces verás lo azul; entre dos sueños, dos pensamientos, a veces habrá un vislumbre del cielo de atrás. Sólo que no estés de prisa. Por eso es que dicen que si te apuras lo perderás.

Hay un dicho Zen que dice: "Apúrate lentamente". ¡Eso es correcto! Apúrate, eso está bien porque vas a morir, en ese sentido apúrate. Pero adentro, si estás en demasiada prisa, lo perderás, porque concluirás demasiado pronto, antes de que tus ojos se hayan sintonizado. No concluyas demasiado pronto.

Apúrate lentamente. ¡Sólo espera! Anda ahí, siéntate y espera. Poco a poco, un nuevo mundo de lo invisible se hace claro, llega a ti. Te sintonizas con él, entonces podrás oír la armonía, la melodía, el silencio comienza su propia música. Siempre está ahí, pero es tan silencioso que son necesarios oídos muy bien entrenados. No es como un ruido, es como el silencio. El sonido de adentro es como el silencio, la forma de adentro es sin forma. No hay tiempo ni espacio adentro, y todo lo que sabes está en el espacio o en el tiempo. Las cosas están en el espacio, los eventos en el tiempo, y ahora los físicos dicen que estas dos cosas no son dos; aún el tiempo es sólo una cuarta dimensión del espacio.

Tú conoces sólo el tiempo y el espacio, el mundo de las cosas y de los eventos. Tú no conoces el mundo del ser que presencia. Está más allá de ambos, no está confinado en ningún espacio y no está confinado en ningún tiempo. Hay una duración dentro del tiempo, hay un espacio pero sin altura ni largo ni ancho, es un mundo totalmente diferente. Necesitarás sintonizarte con él, así que no seas impaciente, la impaciencia es la barrera más grande. He sentido que cuando la gente comienza a trabajar hacia lo interno, la impaciencia es la barrera más grande. Una paciencia infinita es necesaria. Puede suceder al momento siguiente, pero una paciencia infinita es necesaria.

Si eres impaciente, puede ser que no suceda por muchas vidas, porque la propia impaciencia no permitirá el reposo del cual habla Jesús, la tranquilidad. Aún la expectativa será una perturbación. Si estás pensando que algo va a suceder, algo extraordinario, entonces no sucederá nada. Si estás esperando que suceda la iluminación, lo perderás. ¡No la esperes! Todas las expectativas pertenecen al mundo de la muerte, a la dimensión del tiempo y del espacio.

Ninguna meta pertenece a lo interno. No hay forma de hacerlo, tan sólo esperar, una paciencia infinita. Jesús dice: "Observa y sé paciente". Y un día, repentinamente estarás iluminado. Un día, cuando la sintonía correcta suceda, cuando estés listo, de pronto estarás iluminado. Toda la oscuridad desaparecerá, estarás desbordante de vida, de vida eterna, que nunca muere.

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