sábado, 3 de diciembre de 2011

SOMOS DIOS

Chuang Tzu dice que los peces nacen en el agua, y que el hombre lo hace en el Tao. El agua se ocupa de los peces, el Tao se ocupa de vosotros. Vosotros sois peces en el Tao, en la naturaleza; podéis llamarla Dios. El hombre nace en el Tao, por eso no podemos sentirlo. Los peces no pueden sentir el agua, pero la conocen profundamente porque han nacido en ella. Han vivido con ella mucho tiempo; nunca ha habido una separación. Los peces no saben lo que es el agua. Se mueven en ella, viven en ella, mueren en ella, llegan a ella y desaparecen en ella, pero no saben lo que es.

Se dice que un pececillo se empezó a preocupar porque había oído hablar mucho del océano y quería saber lo que era. Así que fue de un pez sabio a otro. Buscaba un maestro, un gurú. Había muchos; Un gurú le dijo:

-Está muy lejos y es difícil de alcanzar; muy pocos son los que llegan al océano. No seas tonto. Hay que prepararse para ello durante miles de vidas. No es una cosa normal y corriente, es una gran tarea. Primero purifícate y haz estas asanas.

Otro era budista, y dijo:

-Eso no te será de ninguna ayuda. Entra en el sendero del Buda. Las ocho disciplinas del Buda te ayudarán; primero purifícate del todo, hasta que no quede impureza alguna, y solo luego podrás ver el océano.

Entonces alguien más dijo:

-En la kaliyuga, la era presente, solo ayuda cantar el nombre de Rama. Canta “Rama, Rama, Rama”; solo se llega mediante su gracia.

Y el pez siempre estuvo en el océano, nunca dejó de estar en él. Buscó y buscó, consultó muchas escrituras, muchas doctrinas, a muchos doctores, visitó muchos ashrams, pero al no llegar a parte alguna se fue frustrando cada vez más. ¿Dónde está el océano? Todo el asunto se convirtió en una obsesión.

Entonces, un día, conoció a un pez, a un pez muy corriente; debe haber sido como Chuang Tzu, corriente. Nunca nadie se había imaginado que ese pez pudiera ser un gurú, viviendo una vida corriente de pez como vivía. Y este pez dijo:

-No seas loco, deja de hacer tonterías. No está lejos, está aquí. Todo lo que ves a tu alrededor es el océano. No está lejos, está aquí, por eso no puedes verlo –porque para ver una cosa se necesita una cierta distancia; para tener perspectiva hace falta espacio-. Está tan cerca que no puedes verlo; está fuera de ti, y está en ti. No eres sino una ola en el océano; una parte de él, una concentración de su energía.

Pero el buscador no lo creyó y le respondió:

-Me parece que estás loco. He visitado a muchos maestros y todos ellos dicen que está muy lejos. Primero uno ha de purificarse, realizar las asanas de yoga, cultivar disciplina, carácter, moralidad, ser religioso, pasar por muchos rituales, y luego, al cabo de millones de vidas, sucede. Y si uno alcanza el océano es mediante la gracia de Dios.

Pero Chuang Tzu tiene razón: el océano está a vuestro alrededor, rodeándoos. Estáis en él, no puede ser de otro modo. ¿Cómo podrías vivir si Dios no respirase en vosotros? ¿Quién hace circular vuestra sangre? ¿Quién late en vuestro corazón con el latido de lo desconocido? ¿Cómo puede ser que Dios esté lejos? Y si Dios está lejos, ¿cómo es que vosotros estáis aquí? ¿Cómo podéis existir? No es posible, porque Dios es vida y vosotros sois una cristalización de esa vida.

Sois proyectos de Dios en miniatura, pero sois Dios. Y no estoy diciendo que algún día, en el futuro, podéis llegar a ser como dioses; lo que estoy diciendo es que ya lo sois ahora, en este mismo instante. Lo sepáis o no, sois dioses; eso es todo. Puede que os lleve millones de vidas realizarlo, pero la causa de vuestro estúpido comportamiento no es la distancia, ni el que seáis impuros, sino que sois ignorante. La única disciplina necesaria es ser consciente de la proximidad y cercanía, hacerse consciente de eso que ya está tocando vuestra piel, de lo que palpita en el corazón de lo que fluye en vuestra sangre, ser consciente de la cercanía y proximidad. Y para ello debéis vivir en el momento, porque si os trasladáis al futuro os alejáis. Entonces os embarcáis en un viaje lejano. Y Dios está aquí; ya le habéis dejado atrás.

No hay comentarios:

Buscar este blog