sábado, 5 de mayo de 2012

TODO ES COMO DEBERÍA SER


Todo es como debería ser; sólo tienes que serenarte, tú eres lo único que está inquieto. Todo es como tendría que ser..., nada falta y nada sobra.

¿Puedes imaginarte un Universo mejor que este? Si eres sabio no podrás, si eres un tonto sí que podrás. Nada puede ser mejor que esto, tal como es. El único problema es que no estás a gusto con ello. Deja que tu energía se repose y el Camino es perfecto, como el espacio infinito donde nada falta y nada sobra. Todo está en equilibrio. Tú eres el único problema; el mundo no es en absoluto el problema. Esta es la única diferencia entre una mente política y una mente religiosa, y todos tenéis mentes políticas. La mente política piensa: «Yo estoy perfectamente bien, todo lo demás está mal». Y así empieza uno a querer cambiar el mundo.

La mente política piensa: «Todo está mal, si se arreglara todo sería maravilloso».

La mente religiosa piensa: «Yo soy lo único que no está en paz. Todo lo demás es tan perfecto como podría ser».

El Camino es perfecto, como el espacio infinito donde nada falta y nada sobra. Todo es como debería de ser, absolutamente equilibrado. Solamente tú dudas, solamente tú no sabes adónde ir, sólo tú estás dividido. Simplemente piensa: si el ser humano desapareciera de la Tierra, el mundo sería absolutamente perfecto, absolutamente hermoso; no habría ningún problema.

Los problemas llegan con el ser humano, porque la manera en que este ve las cosas puede ser errónea; porque el ser humano tiene consciencia. Y esta consciencia crea problemas. Al ser consciente, puedes decir: «Esto está bien y esto está mal». Al ser consciente, puedes decir: «Esto es feo y esto es hermoso».

Esta consciencia no es suficiente. Si se hace mayor, si se convierte en un círculo, en pura consciencia, entonces de nuevo todo vuelve a su cauce.

Nietzsche dijo (y él tiene muchos puntos de vista interesantes que revelar) que los seres humanos somos puentes, no seres. Que somos un puente; algo que hay que cruzar. No puedes construir una casa sobre un puente. Eso es lo que Jesús dice: «Atraviésalo. No construyas tu casa sobre él, es sólo un puente». La frase de Nietzsche es: «El ser humano es sólo un puente entre dos eternidades: la eternidad de la naturaleza y la eternidad de Dios». Todo es perfecto en la naturaleza, todo es perfecto en Dios. El ser humano es un puente, está justo en la mitad; mitad naturaleza y mitad Dios. Ese es el problema; está dividido.

El pasado le pertenece a la naturaleza, el futuro le pertenece a Dios. Tenso, como una cuerda tirante entre dos eternidades. Unas veces moviéndose hacia la naturaleza y otras moviéndose hacia Dios; a veces este camino, a veces el otro; en un constante temblor y agitación, sin reposo.

Serénate. Y cualquier camino servirá. Chuang Tzu está a favor de asentarse de nuevo en la naturaleza. Si te asientas en la naturaleza te vuelves igual que Dios, te conviertes en Dios. Buda está a favor de ir hacia adelante, hacia Dios; entonces te asentarás. Vuelve atrás, o ve hasta el final, pero no te quedes en el puente.

Lao Tse y Chuang Tzu dicen que hay que regresar a la naturaleza, al Tao. Buda y Jesús dicen que hay que seguir hacia adelante, que hay que pasar a través del puente, alcanzar lo Divino. Esto puede parecer muy paradójico, pero no lo es; porque ambos extremos son lo mismo, el puente es un círculo. Tanto si regresas como si avanzas alcanzarás la misma meta, al mismo lugar de paz. Lo que sea que elijas... Si sientes que dejarte llevar te es imposible, entonces sigue a Patanjali; el esfuerzo, la voluntad, el luchar por algo, el buscar; entonces avanzarás. Si sientes que puedes entender la ley del efecto contrario, no sólo entenderla sino dejarla actuar en tu interior, entonces sigue a Sosan, a Chuang Tzu; regresa. Pero no te quedes donde estás; en el puente estás dividido. En él no te sentirás a gusto, en él no puedes construir tu hogar. Un puente no es lugar para un hogar. No es un destino, es solamente algo por donde pasar.

Aceptamos o rechazamos, es por eso que no podemos ver la verdadera naturaleza de las cosas. Entonces metes tus ideas, tus opiniones, tus prejuicios, y lo coloreas todo. Sólo tienes que ver; de una forma pura, con una mirada sin ideas, con una mirada sin ningún rechazo o aceptación. Con una mirada pura, como si tus ojos no tuvieran una mente detrás, como si tus ojos fueran solamente espejos. Ellos no dicen: «Hermoso. Feo». Un espejo simplemente refleja lo que se pone ante él; no tiene prejuicios.

Si tus ojos tienen una no-mente detrás, si simplemente reflejan, si sólo miran, si no dicen: «Esto es bueno o esto es malo», si no condenan, si no aprecian, entonces todo es tan claro como pueda ser, no hay nada que hacer.

Entonces no hay ningún problema que resolver, la vida ya no es un dilema. Es un misterio que vivir, que gozar, una danza que bailar,no estás en ningún conflicto con ella, entonces no hay nada que tengas que hacer aquí,simplemente disfrutas, eres feliz.

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