sábado, 10 de noviembre de 2012

VIVIR LA VIDA SIN ELEGIR

En la India la gente dice que la meditación es sólo para los viejos. Una vez que están al borde de la muerte, pueden meditar; no es para gente joven. Creen que la meditación es lo última de la lista y que se la puede practicar cuando hayas hecho todo lo demás. Pero recuerda que el momento en que lo hayas hecho ya todo, cuando seas demasiado viejo para cualquier cosa, cuando toda tu energía se haya malgastado, cuando sea el tiempo de meditar, este momento nunca llegará. Cuando eres incapaz de hacer nada, ¿cómo puedes meditar?

La meditación necesita energía, la más pura, la más vital: La meditación necesita un exceso de energía. Un niño puede meditar, pero ¿cómo puede meditar un viejo? Un niño fácilmente es meditativo, un anciano, no; se ha gastado. No hay movimiento de energía en él, su río no fluye ya, está congelado. Muchas partes de su vida están ya muertas.

Si eliges acudir al templo, sufres, te lamentas. Si vas a la oficina o al mercado, sufres, te lamentas.

Sucedió una vez que un monje murió. Era un monje muy famoso, conocido por todo el país. Mucha gente lo reverenciaba y creían que estaba iluminado. El mismo día murió una prostituta. Ella vivía enfrente del templo del monje. Era una prostituta muy famosa, tan famosa como el monje. Eran como dos extremos viviendo uno junto al otro y murieron en el mismo día.

El ángel de la muerte se presentó y se llevó al monje al cielo, otros ángeles de la muerte llegaron y llevaron la prostituta al infierno. Cuando los ángeles llegaron al cielo las puertas estaban cerradas y el responsable dijo, "Os habéis confundido. Este monje tiene que ir al infierno y la prostituta tiene que venir al cielo".

Los ángeles dijeron, ¿Qué dices? Este hombre es un famoso asceta, continuamente en meditación y oración. Por eso es por lo que no indagamos, simplemente fuimos y lo trajimos. Y la prostituta debe de estar ya en el infierno porque otro grupo de ángeles la llevó allí. Nunca pensamos en preguntar, parecía tan obvio".

El responsable dijo, "Os confundís porque habéis mirado sólo lo externo. Este hombre solía meditar para beneficiar a otros, pero para él siempre pensaba, "Estoy perdiéndome la vida. ¡Qué bella mujer es la prostituta, y está disponible! En cualquier momento en que cruce la calle, la tengo ahí. Lo que estoy haciendo es un sinsentido, rezando, sentado en la postura del buda y no obteniendo nada". Pero debido a su reputación no osaba hacerlo.

Mucha gente se hace virtuosa porque son cobardes como él.

El era virtuoso porque era un cobarde. No osaba cruzar la calle. ¡Conocía tanta gente! ¿Cómo podía ir a una prostituta? ¿Qué diría la gente?

Los cobardes siempre están temerosos de la opinión de los demás. Por eso él permaneció como un asceta, ayunando, pero su mente estaba siempre con la prostituta. Cuando allí se bailaba y cantaba, él escuchaba. Se sentaba ante la estatua de Buda, pero Buda no estaba allí. No estaba rindiéndole culto; debía soñar que estaba escuchando la música de la fiesta y en sus fantasías hacía el amor a la prostituta".

¿Y qué pasaba con la prostituta? Ella estaba siempre arrepintiéndose, arrepintiéndose y arrepintiéndose. Sabía que había desperdiciado su vida, que había perdido una oportunidad de oro. ¿Y para qué? Sólo por dinero, vendiendo su cuerpo y su alma. Solía siempre mirar al templo del monje, celosa de la vida silenciosa de allí. ¿Qué fenómeno meditativo estaría ocurriendo allí?

Anhelaba que Dios le diera una oportunidad para ir al templo. Pero pensaba, "Soy una prostituta, pecadora, y no debería de entrar al templo". Por eso solía caminar alrededor del templo, mirándolo desde la calle. ¡Qué belleza, qué silencio, qué bendición allí dentro! Y cuando habían cantos y bailes, ella solía gemir; llorar y se lamentaba, imaginándose lo que se estaba perdiendo.

Por eso el encargado dijo, "Traed la prostituta al cielo y llevad a este monje al infierno. Sus vidas externas eran distintas y sus vidas internas eran diferentes, pero como todo el mundo, se lamentaban".

Si tu vida externa es un infierno y te arrepientes de ella, irás al cielo, como la prostituta que deseaba constantemente el mundo de meditación y oración. Si tu vida externa es celestial y tu vida interior es un infierno, como el monje que deseaba a la prostituta, irás al infierno. Pero si no eliges, si no te lamentas, si permaneces sin elección, alcanzarás la verdadera libertad.

La consciencia en estado de no elección es absoluta libertad. El cielo es una esclavitud, el infierno es una esclavitud. El cielo puede ser una bella prisión, el infierno puede ser una prisión repugnante, pero ambas son prisiones. Ni los cristianos ni los musulmanes pueden captar este punto, porque para ellos el cielo es lo más elevado. Si les pides dónde está Jesús, su respuesta será equivocada. Dicen: En el cielo con Dios. Esto es absolutamente erróneo. Si Jesús está en el cielo, entonces no está iluminado. El cielo puede ser de oro, pero es aún una prisión. Puede ser bueno, puede ser placentero, pero sigue siendo todavía una elección, la elección frente al infierno. La virtud que ha sido elegida frente al pecado es una decisión de la mayoría, pero la minoría está esperando su oportunidad para decidir.

Jesús está en la absoluta libertad, esto es lo que yo digo. No está en el cielo, no está en el infierno. Es totalmente libre de cualquier prisión: bueno/malo, pecado/virtud, moralidad/inmoralidad. El no eligió. Vivió una vida sin elegir. Y esto es lo que te sigo diciendo: vive una vida permaneciendo sin elegir.

2 comentarios:

Vivian Angélica dijo...

Es tan difícil vivir la vida, ser una buena persona muchas veces cuesta bastante, estamos expuestos a tomar caminos equivocados y sin darnos cuentas herimos a quienes más queremos. Hay personas que se aferran a la fe y tratan de llevarla al pie de la letra.
La meditación es un camino.

Saludos a la distancia Vivian

Anónimo dijo...

buenisimo...

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