sábado, 23 de marzo de 2013

EL EGO Y EL TODO

Cuando el ego desaparece tú estás ausente y entonces eres el todo. Cuando el ego está ahí tú estás presente, y eres tan sólo una partícula, una partícula pequeñita y repugnante. La parte será siempre fea. Por eso tratamos de volverla hermosa de múltiples maneras. Pero un hombre con ego no puede ser bello. La belleza se da sólo en aquellos que carecen de ego. Entonces la belleza tiene algo de lo desconocido en ella, algo no mensurable.

Recuerda esto: la fealdad puede ser medida. Tiene sus límites. La belleza, la mal llamada belleza puede ser medida. Tiene sus límites. Pero la verdadera belleza no puede ser mensurada, no tiene límites. No puedes agotarte con un con Jesús o un Buda. Puedes entrar en él y nunca saldrás. !Sin fin! Su belleza nunca se agota.

Pero el ego prueba una y otra vez de ser hermoso. De algún modo recuerdas la belleza del todo, de alguna forma recuerdas el silencio del vientre materno; de alguna forma en lo más hondo de ti conoces la dicha de ser uno, la unión, la unidad con la existencia. Debido a eso, surgen muchos deseos. Conoces la belleza de vivir como un Dios y has de vivir como un mendigo. Por eso ¿qué es lo que haces? Creas rostros, te pintas a ti mismo. En lo más hondo sin embargo, la fealdad persiste, porque todas las pinturas son sólo pinturas.

Sucedió una vez que una mujer iba andando por la playa. Encontró una botella, la abrió y de ella salió un genio. Y, como todos los auténticos genios, este genio le dijo, "Me has liberado, has roto mi encierro, por eso puedes pedirme cualquier cosa y satisfaré tu más ferviente deseo".

No se encuentran genios cada día, en cada playa, en todas las botellas. Sucede raramente y sólo en los cuentos. Pero la mujer no se lo pensó, ni un instante. Le dijo, Quiero volverme bella: el pelo como Elizabeth Taylor, los ojos como Brigitte Bardot, el cuerpo como Sophia Loren".

El genio la miró de nuevo y dijo, "Cariño, méteme de nuevo en la botella”.

Y éste es el modo en que tú estás pidiendo, todo el mundo pide así, por eso es que los genios han desaparecido. Te temen tanto porque pides lo imposible. No puede ser porque la parte nunca puede ser bella.

Piénsalo: mi mano puede ser cortada. ¿Puede esa mano ser bella? Se volverá más y más repugnante, se deteriorará, empezará a oler. ¿Cómo puede ser bella mi mano una vez separada de mí? La separación conlleva la muerte; la unión, la vida. En tu totalidad estás vivo; sólo, separado, estás muerto o te estás muriendo.

Mis ojos, sácalos, ¿en qué se convierten? Incluso las piedras, los guijarros coloreados serán más bellos que ellos porque están todavía unidos al todo. Arranca una flor, en ese instante ya no es más hermosa, el esplendor se ha ido. Era bella sólo un instante antes cuando estaba unida a las raíces, con la tierra. Desarraigado, flotas como ego. Estás enfermo, y permanecerás enfermo y nada será de ayuda. Todos tus esfuerzos, por muy inteligentes que sean, están condenados al fracaso.

Sólo integrado en el todo eres hermoso.
Sólo integrado en el todo eres bello.
Sólo integrado en el todo es posible la gracia.

El aprender es algo del ego; el aprender refuerza el ego. Es por ello que los los eruditos, son los que tienen los egos más sutiles. El aprender les amplia su campo de acción, el aprender les da más espacio. Se vuelven tumores, egos. Todo su ser es entonces explotado por el ego.

Cuanto más erudito es un hombre, tanto más difícil es vivir con él, tanto más difícil es relacionarse con él, tanto más difícil es para él llegar al templo. Es casi imposible para él el conocer a Dios porque el mismo es como un tumor y el tumor tiene su propia vida; ahora el ego es el tumor. Y explota. Cuanto más sabes, menos posibilidades hay de que la oración suceda.

Un hombre del Tao vive. No es consciente de ello, no porque lo haya aprendido sino porque ha desaprendido. La verdadera religión no es más que un proceso de desaprendizaje. El aprender es un proceso del ego, el desaprender es el proceso del no-ego. El desaprendizaje te volverá liviano; el desaprender te hará inocente de nuevo.
Y recuerda, nada ha sido resuelto: toda tu ciencia no ha conseguido nada. La semilla germinando es todavía un misterio y seguirá siendo un misterio. Incluso la ciencia puede crear una semilla, pero su germinación permanecerá siendo un misterio. Nace un niño; un misterio ha nacido. Incluso si se puede crear a un niño en un tubo de ensayo, no importa. El misterio permanece el mismo.

Estás aquí. Es un gran misterio. No te lo has merecido, no le puedes decir al universo, "Estoy aquí porque me lo he ganado". Es un auténtico regalo, estás aquí sin ninguna razón que lo justifique. Si no estuvieras aquí, ¿qué diferencia habría?

Un hombre que piensa que sabe, no sabe. Los Upanishads vienen diciendo que un hombre que cree que no sabe, sabe. Sócrates dice: Cuando un hombre realmente sabe, sólo sabe una cosa, que no sabe nada. Chuang Tse dice: Se debe a que ha desaprendido. Sea lo que sea lo que el mundo le haya enseñado, sea lo que sea lo que la sociedad le haya enseñado, sea lo que sea lo que los padres y los hombres de provecho le hayan enseñado, él lo ha abandonado. De nuevo se vuelve como un niño. Sus ojos se llenan de nuevo de asombro. Mira a su alrededor y en todo ve un misterio.

El ego mata el misterio. Tanto si es el ego de un científico como si es el ego de un erudito o de un filósofo, no importa. El ego dice, "Lo sé". Y el ego dice, "Y si no lo sé, antes o después lo sabré". El ego sostiene que en el Todo no hay nada incognoscible.

1 comentario:

Ana Márquez dijo...

Profundo e inspiracional. Gracias, amigo.

Un abrazo de luz.

http://frasesdedios.blogspot.com.es/

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