sábado, 21 de noviembre de 2015

LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD (I PARTE)

La búsqueda es difícil porque la verdad es desconocida. La búsqueda es difícil, porque la verdad no sólo es desconocida, es incognoscible. La búsqueda es difícil, porque el que busca tiene que arriesgar su vida entera por ella.

Si sigues las escrituras, estás siguiendo ríos que ya tienen nombre. Si sigues cierta religión, secta, iglesia, entonces tienes un mapa, y la verdad no puede tener ningún mapa. No puede haber ningún mapa porque la verdad es privada y no pública. Los mapas se hacen públicos; son necesarios para que también otros puedan seguir. En el mapa se muestran las autopistas, no los pequeños senderos para caminantes; y la religión es un sendero, no una autopista. No puedes llegar a Dios como cristiano o hindú o mahometano. Puedes llegar como tú, auténticamente tú, y no puedes seguir el camino de nadie.

Y llega un momento en la búsqueda en el que uno se siente completamente exhausto, cansado. Uno empieza a pensar que hubiera sido mejor no haber empezado esta búsqueda. Uno se siente tan frustrado que empieza a tener celos de los que nunca se han preocupado por cosas semejante. Esto es natural, pero es ese exactamente el momento en que comienza la búsqueda auténtica.

Este agotamiento, este cansancio, es de la mente. La mente se siente cansada porque la mente siempre se siente feliz siguiendo mapas. Con lo conocido, la mente sigue siendo el maestro; con lo desconocido, lo inesperado, la mente se siente completamente perdida. La mente no puede comprender qué está pasando, la mente se siente cansada, la mente se siente exhausta. La mente dice: ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás desperdiciando tu vida? ¡Vuelve atrás! ¡Ven al mundo, se como los demás! Sigue a la multitud, no intentes ser individual.

Por eso nunca ves hippies de más de treinta cinco años. Para entonces ya están cansados. Para entonces ya empiezan a pensar en casarse, establecerse, tener una casa. Para entonces ya empiezan a volverse serios. Para entonces ya se han olvidado de todo eso de la revolución y la rebelión y todas esas cosas. Se hacen parte del statu quo; cansados, exhaustos; de hecho, arrepentidos, sintiéndose como culpables. Este momento llega en la búsqueda de todos. Es un momento esencial. Y si puedes continuar, incluso sintiéndote exhausto, cansado, frustrado; si aún puedes seguir hacia delante, entonces se abandona la mente y aparecen los primeros atisbos de la meditación.

Si continúas, si no escuchas a la mente y a su juego del cansancio, el agotamiento, y esto y lo otro... La mente quiere arrastrarte de vuelta, al rebaño, a la multitud. La mente quiere que pertenezcas a una secta, a una iglesia, para que así no tengas que decidir cada paso por ti mismo. Todo está decidido de antemano, todo está ya listo. Sólo tienes que creer en ello.

La mente sólo se abandona cuando has seguido hacia delante mientras la mente decía que te parases; si no escuchas a la mente y dices: Voy a investigar, voy a buscar. Si estás cansado, puedes abandonar. La mente seguirá aferrándose a ti un poco más de tiempo. Pero si no escuchas y te distancias de ella sin prestarle interés, y tus ojos permanecen enfocados en el objetivo, llegarás a descubrir huellas. Siempre han estado ahí, sólo que tú estabas demasiado lleno de pensamiento, demasiado nublado por la mente. Por eso no eras capaz de ver esas huellas sutiles, incluso bajo tus mismos deseos. Incluso bajo los deseos encuentras escondido a Dios. Incluso bajo las llamadas cosas mundanas has estado buscando algo del más allá.

Si un hombre busca más y más dinero, ¿qué está buscando realmente?, ¿dinero? Si lo que está buscando es dinero, llegará un punto en que se sentirá satisfecho, pero ese punto nunca llega. Parece ser que está buscando otra cosa. Erróneamente, buscando dinero, está intentando encontrar otra cosa. Quiere ser rico...

Déjame decírtelo de esta forma: Un hombre que está buscando dinero quiere ser rico, pero no sabe que ser rico es totalmente diferente de tener dinero. Ser rico significa tener todas las experiencias que la vida te puede ofrecer. Ser rico significa ser un arco iris, no blanco y negro, todos los colores juntos. Ser rico significa ser maduro, estar alerta, vivo.

El hombre que está buscando dinero está buscando otra cosa; por eso, cuando se ha conseguido dinero, no se ha conseguido nada. El hombre que está buscando poder, ¿qué está buscando realmente? Quiere ser un dios. Y en el mundo, dice, si tienes poder puedes simular ser un dios. Detrás de su búsqueda de poder se esconde la misma búsqueda de Dios. De forma que cuando logre el poder, de pronto se sentirá impotente por dentro, sin ningún poder; por fuera, riqueza; por dentro, pobre, un mendigo.

Y entonces uno se sorprende: ¿cómo es posible que no pudiera ver estas huellas? ¡Están justo enfrente de mí! Siempre han estado ahí, como la propia nariz. Pero si tienes los ojos cerrados o nublados, no puedes ver.

Esta es la situación. Cuanto más rápido corres, más confuso te vuelves. Cuanta más velocidad coges, más y más confusión llega a ti. Poco a poco, pierdes todo sentido de la dirección. Simplemente, sigues zumbando de aquí para allá. La velocidad misma se convierte en la meta, como si al correr rápidamente uno sintiera que está llegando a alguna parte; de ahí la atracción a la velocidad. Es una neurosis.

Yo te conozco. No puedes ir muy lejos, porque lo cierto es que simplemente estás soñando con la velocidad, con el movimiento, con la meta. Estás profundamente dormido. Todo está sucediendo en tu mente, no en la realidad.

Por eso el zen dice que, si estás listo, la iluminación es posible en este mismo momento, porque no puedes ir muy lejos. Si tu viaje es un viaje real, entonces no es posible.Tendrás que volver. Tendrás que recorrer la misma distancia de nuevo.

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