sábado, 5 de marzo de 2022

EL EGO Y LA CONSCIENCIA

Carl Gustav Jung, después de toda una vida estudiando a miles de personas, miles de casos de personas que estaban enfermas, traumatizadas, psicológicamente confundidas, dijo que no se había encontrado nunca con una persona psicológicamente enferma cuyo auténtico problema después de los cuarenta años no fuera espiritual. La vida tiene determinado ritmo, y hacia los cuarenta años surge una nueva dimensión, la dimensión espiritual. Si no eres capaz de enfrentarte a ella de forma correcta, si no sabes qué hacer, te pondrás enfermo, te pondrás nervioso. El crecimiento humano es continuo. Pero si no das determinado paso, se vuelve discontinuo. El niño acumula ego, pero si nunca aprende a dejar el ego a un lado, no podrá amar, no podrá sentirse a gusto con nadie. El ego estará luchando constantemente. Puede que estés sentado en silencio pero el ego estará constantemente luchando, buscando maneras de dominar, de ser un dictador, de convertirse en el gobernador del mundo.

Esto crea problemas en todas partes. En la amistad, en el sexo, en el amor, en la sociedad; en todas partes estás en conflicto. Incluso hay conflicto con los padres que te han proporcionado ese ego. Es muy raro que un hijo perdone a su padre; muy raro que una mujer perdone a su madre. Es algo que ocurre en muy contadas ocasiones.

George Gurdjieff había escrito una frase en la pared de la habitación en la que solía recibir a las visitas. La frase era la siguiente: “Si todavía no te sientes cómodo con tu padre y tu madre, vete. No puedo ayudarte”. ¿Por qué? Porque el problema ha surgido allí, y allí es donde hay que resolverlo. Por eso todas las antiguas tradiciones dicen que ames a tus padres, que respetes a tus padres lo más profundamente posible; porque ahí es donde surge el ego, ese es su suelo. Resuélvelo ahí; de lo contrario, te perseguirá allá donde vayas.

Los psicoanalistas también han llegado a la conclusión de que lo único que hacen es devolverte a los problemas que existían entre tú y tus padres e intentar resolverlos en la medida de lo posible. Si puedes resolver el conflicto con tus padres, hay muchos otros conflictos que sencillamente desaparecerán, porque se basan en el mismo conflicto fundamental.

Por ejemplo, el hombre que no se sienta relajado con su padre no podrá sentirse relajado en la oficina con su jefe; nunca, porque el jefe es una figura paterna. Ese pequeño conflicto con tus padres se refleja en todas tus relaciones. Si no te sientes cómodo con tu madre, no podrás sentirte cómodo con tu mujer, porque aquella es tu prototipo de mujer. No podrás sentirte cómodo con la mujer como tal, porque tu madre fue la primera, ella es el primer modelo de mujer. Allí donde haya una mujer, estará tu madre, y seguirá existiendo una relación sutil.

El ego nace en la relación con los padres y allí es donde hay que enfrentarse con él. De lo contrario, seguirás cortando ramas y hojas del árbol, pero la raíz permanecerá intacta. Si estás en paz con tu padre y con tu madre, ya has madurado. Ya no hay ego. Ahora entiendes que estabas indefenso, entiendes que dependías de los demás, que no eras el centro del mundo. En realidad, eras completamente dependiente, porque no podrías haber sobrevivido de otra manera. Si entiendes esto, el ego se desvanece poco a poco, y cuando ya no estás en conflicto con tu vida, te vuelves sereno y natural, te relajas. Entonces, flotas. Entonces el mundo ya no está lleno de enemigos, es una familia, una unidad orgánica. El mundo no está contra ti, puedes flotar en él. Cuando uno descubre que el ego es una tontería, cuando uno descubre que el ego no tiene fundamento para existir, cuando uno descubre que el ego no es más que un sueño infantil, malinterpretado por la ignorancia, sencillamente, el ego desaparece.

Hay personas que han acudido a mí y que me han preguntado: “¿Cómo puedo enamorarme? ¿Existe una manera?”. ¿Cómo enamorarse? Me piden una manera, un método, una técnica determinada.

No saben lo que están pidiendo. Enamorarse significa que no hay ninguna forma, ninguna técnica, ningún método. Por eso se dice “ser presa del amor”, porque tú ya no eres quien controla, simplemente has quedado apresado. Por eso las personas que son muy cerebrales dicen que el amor es ciego. El amor es el único ojo, la única visión, pero ellos insisten en que el amor es ciego, y si estás enamorado, pensarán que te has vuelto loco. Para una persona cerebral parece una locura, porque la mente es una gran manipuladora. A la mente le parece peligrosa cualquier situación en la que se pierda el control.

Pero hay un universo del corazón humano, hay un universo del ser humano y de la conciencia en el que no es posible ningún método. Las tecnologías son posibles con la materia; con la conciencia no hay tecnología posible y de hecho, no hay control posible. El simple intento de controlar o de hacer que algo ocurra es egoísta.

No hay comentarios:

Buscar este blog