sábado, 18 de marzo de 2023

LA MEDITACIÓN SILENCIOSA

Podrías entrar en meditación, efectivamente, estando sentado, pero solamente si permaneces sentado en silencio sin hacer otra cosa. Si eres capaz de estar sentado - en el sentido estricto de estar simplemente sentado, sin más - entonces eso se convierte en meditación. Mantente totalmente centrado en estar sentado. El no-movimiento deberá ser tu único movimiento. De hecho la misma palabra "zen" es lo suficiente explícita al respecto. Deriva de la palabra "zazen" que significa "simplemente sentado... sin hacer nada". Si puedes estar simplemente sentado sin hacer nada ni con tu cuerpo ni con tu mente, eso se convierte en meditación. Pero es difícil.

Es fácil permanecer sentado cuando estas haciendo algo, pero en el momento en que tratas de estar simplemente sentado, sin hacer nada, comienzan las dificultades. Cada fibra de tu cuerpo, cada nervio, cada músculo, empezarán a moverse incontroladamente y tu cuerpo entero acabará vibrando sutilmente en una especie de temblor. Te volverás consciente de muchas partes de tu cuerpo que hasta ahora no habías sentido. Cuando más trates de mantenerte simplemente sentado, menos lo conseguirás; más actividad sentirás dentro de ti. Por eso el sentarse puede ser empleado solamente si antes has hecho otras cosas.

Puedes simplemente andar; eso es fácil. Puedes simplemente danzar; eso es aún más fácil. Y una vez hayas practicado esas cosas más fáciles, entonces podrás intentar sentarte; sólo entonces. La última cosa que deberías hacer sería sentarte en posición búdica. Jamás se debería hacer al principio. Sólo tras haberse identificado uno con el movimiento. Puedes empezar a identificarte con el no-movimiento.

Por eso nunca aconsejo a nadie que empiece con el sentarse. Hay que empezar por lo que más cómodo te resulta o de lo contrario te verás afectado por cosas que nada tienen que ver con lo que estás haciendo, por cosas que no existen.

Tan pronto como estés sentado, surgirán muchas interferencias en tu interior. Y cuanto más procures estar simplemente sentado, mayores serán las dificultades. Tu misma impotencia por atajarlas te causará depresión y te sentirás frustrado, incapaz de estar en paz contigo mismo. Cobrarás consciencia de tus frustraciones, y empezarás incluso a pensar que estás loco. Y, a veces, realmente puedes volverte loco.

Si haces un sincero esfuerzo por "sentarte", puede que verdaderamente te vuelvas loco. Es precisamente a causa de la falta de sinceridad que suele presidir las relaciones entre los hombres, que el número de personas que se vuelven locas no es aún mayor

Estando sentado empiezas a percibir tal locura en tu interior que, sí eres sincero y continuas, puede que verdaderamente te vuelvas loco. ha sucedido antes, muchas veces, demasiadas, de modo que yo, por mí parte, nunca te sugeriré nada capaz de provocarte frustración, depresión, tristeza, nada que te vaya a hacer consciente de tu locura. Puede que aún no estés preparado para ser consciente de toda la locura que contienes; se te ha de dejar ver las cosas de forma gradual. El conocimiento no siempre es bueno; debe ir aumentando paralelamente a tu capacidad de asimilarlo.

Empiezo con tu locura, no con la posición de sentado. Permito tu locura. Si eres capaz de danzar desenfrenadamente durante largo tiempo, verás cómo lo contrario a ese alocado movimiento surge dentro de ti. Con una danza loca empiezas a ser consciente de un punto silencioso en tu interior. Cuando estás sentado en silencio, empiezas a ser consciente de tu locura. Lo opuesto es siempre el foco de consciencia.

Con tu loca, caótica, danza, con tus gritos, con la respiración caótica, liberas tu locura. Entonces empiezas a ser consciente de un sutil punto, un profundo punto dentro de ti que está en silencio y quieto en contraste con la locura de la periferia. Permítela expresarse para que fluya netamente. Te sentirás dichoso; en tu centro habrá un silencio interno. En cambio, si estás simplemente sentado te centrarás interiormente en tu propia locura. Tu exterior estará en silencio. pero interiormente estarás loco.

Es mejor empezar con algo activo, positivo, vivo, lleno de movimiento. Poco a poco irás percibiendo una quietud interior que va creciendo. Y cuanto más crezca, más te será posible utilizar la postura de sentado o tumbado; se hará posible la meditación más silenciosa. Y para entonces, las cosas habrán cambiado ostensiblemente.

Una técnica de meditación cuyos primeros pasos se inician con el movimiento y la acción te ayuda a encontrar el silencio y la quietud. Se convierte en una catarsis. Cuando estás simplemente sentado, estás frustrado; tu mente quiere moverse y tú estás sentado. Cada músculo y cada nervio se niegan a ser gobernados; tanto más cuando mayor sea el empeño. Y al estar forzándote hacia algo que no te es natural, lo único que consigues es dividirte en dos partes opuestas: la parte que fuerza y la que se resiste a ser forzada. Y la parte reprimida y forzada es la parte más auténtica y mayor de tu mente; es mayor que la parte represora. A largo plazo, se impondrá.

Eso que estás reprimiendo debería ser expulsado, no reprimido. Lo has ido acumulando a medida que lo has estado reprimiendo continuamente. Nuestra sociedad, su educación, el sistema educativo, todo es represivo. Has estado reprimiendo lo que podía haber sido fácilmente expulsado con una educación diferente, con una educación más consciente, con una paternidad más consciente. Con una mayor consciencia del mecanismo interno de la mente, la cultura te habría permitido expulsar muchas cosas.

Por ejemplo, cuando vemos aun niño enfadado y le ordenamos ¡No has de enfadarte!", el niño empieza a reprimir su enfado. Lentamente, lo que hubiera sido algo sólo momentáneo, pasajero, se irá convirtiendo en permanente. Ahora el niño no actuará con ira, pero el enfado subsistirá en su interior. Hemos ido acumulando demasiada ira en esas situaciones pasajeras. Nadie puede mantenerse permanentemente sin mostrar jamás el menor indicio de enfado, a no ser que la ira haya sido reprimida.

La ira es una situación de violencia que viene y se va; una vez expresada desaparece. De modo que yo trataré siempre de que el niño pueda enfadarse más auténticamente. Enójate, pero hazlo totalmente; no lo reprimas.

Por supuesto que surgirán problemas. Si decimos, "Enfádate", te enfadarás con el primero que encuentres. Sin embargo el niño puede ser moldeado. Se le puede facilitar una almohada y decirle, "Enfádate con la almohada. Ensáñate con ella". Desde un principio un niño puede ser educado de forma que la ira sea desviada dándole algún objeto sobre el que él pueda volcar su ira hasta que ésta desaparezca. En unos segundos o en unos minutos habrá disipado todo su enfado y no lo acumulará.

Has estado acumulando rabia, sexo, violencia, codicia, de todo. Ahora, en tu interior se han convertido en locura. Está ahí, dentro de ti. Si empiezas con cualquier tipo de meditación represiva - por ejemplo, sentándote -, estarás reprimiendo todo esto; no dejarás que sea liberado. Empieza pues con una catarsis. Deja primero que toda represión sea expulsada al exterior, y cuando seas capaz de hacerlo, te habrás vuelto maduro.

Si no soy capaz de sentir amor estando solo, si únicamente lo siento en compañía de aquél a quien amo, entonces no soy aún lo suficientemente maduro. Dependo de alguien, incluso para amar; sólo si alguien está contigo soy capaz de amar. Entonces ese amor es solamente superficial; no es mi naturaleza. Si estoy solo en la habitación, no siento amor; por lo tanto la cualidad de amar no ha profundizado, no se ha convertido en parte de mi ser.

Te vuelves más y más maduro a medida que eres menos dependiente. Si puedes enfadarte hallándote solo, demuestras más madurez. No necesitas de ningún objeto para enfadarte. Por eso, al principio, hago de la catarsis un deber. Has de lanzarlo todo al exterior, al espacio abierto, sin ser consciente de ningún objeto.

Enfádate con quien desees estar enfadado. Llora sin motivo; ríe, simplemente ríe, sin nada de lo que reírte. Entonces podrás desprenderte de todo lo acumulado; podrás expulsarlo. Y una vez sepas cómo, te habrás descargado de todo tu pasado.

En unos instantes te descargarás de la totalidad de tu vida; incluso de otras. Si estás dispuesto a expulsarlo todo, si puedes dejar que tu locura salga, al cabo de unos momentos habrá una profunda limpieza. Ahora has sido limpiado.

Fresco, inocente, de nuevo eres un niño. Ahora, en tu inocencia, la meditación de sentado puede ser realizada. Simplemente sentándote o estando tumbado o de cualquier forma, porque ahora dentro no está el loco para alterar la sentada.

No hay comentarios:

Buscar este blog