sábado, 4 de marzo de 2023

LA MEDITACIÓN Y LA DIVISIÓN INTERIOR


Las técnicas tradicionales de meditación parecen haberlo pasado por alto. Por eso han fracasado. Las técnicas de meditación existen desde tiempos lejanos, han sido conocidas a través de toda la historia, pero un Buda, un Jesús, un Mahavira, todos han fracasado. No quiero decir que no se Realizaran a sí mismos. Se Realizaron, pero fueron excepciones, y las excepciones demuestran la regla. Buda se Iluminó, pero no pudo ayudar a que el resto de la Humanidad se Iluminara. Fue solamente una excepción.

¿Por qué las religiones no han sido de gran ayuda? La causa principal es la siguiente: tomaron al hombre como hombre y enseñaron, al hombre tal como es, técnicas de meditación. Pero todas esas técnicas pueden ser de ayuda en un cierto nivel, y sólo superficialmente. Las divisiones internas permanecen; nada has hecho para modificarlas.

Por ejemplo, existen las técnicas zen, la meditación trascendental de Mahesh Yogui... y otras. A determinados niveles pueden resultar eficaces. Pueden calmarte, tu exterior se volverá más tranquilo, pero nada le ocurrirá a tu ser interior. ¡Nada puede ocurrirle! Y esa calma superficial y aparente es peligrosa porque cualquier día explotará. Básicamente nada ha sucedido. Simplemente has entrenado a tu mente consciente para que se mantenga en un estado de mayor tranquilidad.

Podrás aquietar tu mente con la ayuda de mantras, con constantes cánticos, y por muchos otros sistemas. Cualquier sistema capaz de crear un profundo tedio interior, te ayudará a calmarte. Por ejemplo, la monótona repetición de "Ram-Ram-Ram'", llegará a producirte cierta somnolencia, aburrimiento, y tu mente empezará a adormecerse. La somnolencia que lentamente te invadirá se presta fácilmente a ser confundida con el estado de serenidad, de calma, de quietud, pero se trata en realidad de simple amodorramiento. Así podrás tolerar algo más tu vida; al menos superficialmente estarás satisfecho. Pero las fuerzas neuróticas seguirán hirviendo en tu interior y en cualquier momento podrán irrumpir y tú caerás fulminado.

A muy pocas personas podrán serles útiles estos métodos, dado que son métodos únicamente conciliatorios. Y aquellos a los que les pueden ser útiles, pueden ser ayudados sin ayuda de ninguna técnica. Esos casos son excepciones; individuos afortunados libres de toda neurosis. Hay muchos factores implicados, pero como regla, la mayor parte de la Humanidad carece de esa suerte.

De modo que mí énfasis estriba primero en disolver tu división interna y hacer de ti uno. Porque a menos que llegues a ser uno, nada podrá hacerse. Lo primero es cómo disolver tu neurosis.

La técnica de Meditación Dinámica acepta plenamente tu neurosis y tratará de liberarla. Mi técnica empieza con catarsis. Cualquier cosa oculta debe ser liberada, no intentes reprimirla; más bien, elige expresarla. No te condenes a ti mismo. Acéptate tal cual eres, ya que tu auto condena sólo creará división.

Condenando no destruyes nada. Si dices que el sexo es malo, lo condenas, pero no lo destruyes. Con sólo condenarlo, no lo destruyes. Al contrario, se va convirtiendo cada vez más y más en una fuerza peligrosa, porque cuando es reprimido, lucha por expresarse. Y si continúas luchando con él, sin tolerarlo, se convertirá en perversión. La represión te hará más sexual y la energía sexual luchará y tratará por todos los medios de expresarse, de cualquier forma.

Todas las perversiones, en todo el mundo, son subproductos de las mal llamadas religiones, particularmente del cristianismo, porque cuanto más reprimen, más trata la energía de encontrar sus propios caminos. El sexo natural es hermoso: el sexo pervertido es repugnante. El sexo natural puede ser venerado y considerado sagrado, pero el sexo pervertido no puede ser considerado sagrado porque, por dos veces, ha sido apartado de su fuente original.

El sexo está ahí, no lo condenes. Acéptalo No crees divisiones en tu ser, entre las partes de tu ser. La ira está ahí; acéptala. No quiero decir que hayas de ser codicioso; más bien al contrario. En el instante en que lo aceptas, lo trasciendes, porque la aceptación crea una unidad y cuando estás interiormente unido, posees la energía para trascender.

Cuando estás dividido interiormente, tu energía lucha consigo misma. No puede ser empleada para transformación alguna. Deja pues que exista una aceptación de eso que eres, sin condenas. Todo lo que has estado haciendo hasta ahora, sea lo que sea, es sólo represión. Todo eso ha de ser liberado.

Puede parecer paradójico, pero quienes se esfuerzan por reprimir sus neurosis se vuelven aún más neuróticos, en tanto que los que las expresan conscientemente, las expulsan. Por consiguiente, a menos que te conviertas en un individuo "conscientemente loco", te será imposible estar cuerdo. R. D. Laing acierta cuando dice: "Concédete a tí mismo el estar loco". Se trata, sin duda, de uno de los hombres más sensibles de Occidente. Tú estás loco, de manera que algo habrá que hacer. ¿Qué dicen las viejas tradiciones? Te aconsejan: "Reprime tu locura. No la permitas expresarse; si no, te volverás loco". Yo te digo que la dejes expresarse. Ese es el único camino hacia la cordura. ¡Libérala!. Dentro de ti se volverá venenosa. Échala fuera, expúlsala por completo de tu ser. Eso es catarsis. Una catarsis que deberá ser abordada muy sistemática y metódicamente, ya que te estás volviendo loco con un método... "conscientemente loco".

Solamente tienes que hacer dos cosas: permanecer consciente de lo que estás haciendo y no reprimir nada. En nuestras mentes consciencia es represión. Ese es el problema. Cuando empiezas a conocer ciertas cosas de ti mismo, las empiezas a reprimir. Esa es la disciplina y eso es lo que has de aprender: a ser consciente y no represivo; por el contrario, has de ser consciente y expresivo.

Te sientes un desgraciado; ¿qué has de hacer? 0 bien tratas de escapar para poder olvidar o pruebas con algo que pueda sacarte de tu sufrimiento, con algo que pueda calmarte. Hagas lo que hagas será una sutil represión y el sufrimiento se irá acumulando y seguirá en tu sistema. Cuanto más esté allí, más venenoso se volverá; cuanto más tiempo, más venenoso. No está tan sólo en tu mente. Está en todo tu cuerpo, en tu sangre, en tus huesos, en tu fisiología. Crea muchas enfermedades.

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