sábado, 22 de junio de 2024

UN TESORO TENEMOS ADENTRO

 

Por qué seguimos acumulando cosas en la vida?. Siendo la verdad tan clara, que nada nos llevamos cuando morimos, aún así continuamos. Nadie escucha a Jesús o a Buda. Aun si lo escuchas, aun si sientes que lo entiendes, nunca lo sigues en forma consciente. Debe haber alguna razón muy profunda para que ignores a Buda y a Jesús y tú sigas en tu camino. A veces surge una duda, pero eso es todo; de nuevo te acomodas y sigues tu propio camino. Debe haber algo profundamente enraizado que ni siquiera un Buda o un Jesús pueden despegar, pueden desenraizar ¿Qué es eso que está profundamente enraizado en nuestras vidas?

Existimos en los ojos de los demás: nuestra identidad consiste en la opinión de los demás; los ojos de los demás son los espejos, miramos nuestros rostros en los ojos de los demás. Este es el problema, porque los demás no pueden ver tu ser interno. Tu ser interno no puede reflejarse en ningún espejo en absoluto. Sólo tu exterior puede ser reflejado, los reflejos son sólo de lo externo, de lo físico. Aun si te pones de pie frente a un espejo, al mejor espejo, sólo tu parte física será reflejada. Ningún ojo puede reflejar tu parte interna.

Así que los ojos de los demás reflejan tus riquezas, tus logros en el mundo, tu ropa; pero no pueden reflejarte a ti. Y cuando ves que otros piensan que eres pobre, eso significa que no tienes buena ropa, una buena casa, un buen carro, entonces comienzas a dirigirte hacia eso.

Sólo para ver en los ojos de los demás que eres rico, acumulas cosas. Los ojos de los demás comienzan a reflejar que te estás volviendo rico, y más y más rico, estás ganando poder y prestigio. Tu identidad consiste en tu reflejo, y los demás pueden reflejar sólo cosas, no pueden reflejarte a ti. De ahí que la meditación sea muy, muy necesaria.

Meditación significa cerrar tus ojos, no mirar los reflejos, sino mirar a tu propio ser. De otro modo todo el día estás ocupado con los demás.

En la noche también, cuando duermes, estás inconsciente cuando duermes profundamente o cuando sueñas estás involucrado con los demás. Continuamente, el vivir con los demás, es el problema: naces en una sociedad, vives en una sociedad, mueres en una sociedad, toda tu existencia consiste en lo social. Y sociedad quiere decir ojos por todas partes.

Y cualquier cosa que reflejen, te impresiona. Si todo el mundo dice que eres un buen hombre, comienzas a sentirte bien. Si todo el mundo piensa que eres un hombre malo, comienzas a sentirte mal. Si todo el mundo dice que estás enfermo, comienzas a sentirte enfermo. Tu identidad depende de los demás, es una hipnosis a través de los demás. Entra en la soledad, vive con los demás, pero no te extenúes con los demás.

Por lo menos una hora al día simplemente cierra tus ojos. Cerrar los ojos quiere decir estar cerrado a la sociedad, la sociedad no existe, sólo tú, de tal manera que puedas confrontarte a ti mismo directamente.

Ve una vez al año, por unos cuantos días, a las montañas, al desierto, donde no haya nadie, sólo tú y mírate a ti mismo tal como eres. De otro modo, el vivir continuamente con los demás creará una hipnosis en ti. Esa hipnosis es la causa por la que continúas influenciando a los demás, impresionándolos. Lo real para ti no es cómo vivir una vida rica, lo real es cómo impresionar a los demás de que eres rico, pero estas son cosas totalmente diferentes.

Los demás se impresionan con cualquier cosa que tengas, ellos no se impresionan contigo. Si encuentras a Alejandro Magno en ropa de mendigo, no lo reconocerás. Si encuentras al mendigo que siempre ha estado mendigando, sentado en un trono como Alejandro, caerás a sus pies, ¡lo reconocerás!

Sucedió una vez: Un gran poeta Urdu, Ghalib, fue invitado a cenar por el emperador. Muchas otras personas fueron invitadas, casi quinientas. Ghalib era un hombre pobre, es muy difícil que un poeta sea rico, rico ante los ojos de los demás.

Sus amigos sugirieron: "Ghalib, te podemos prestar ropa, zapatos, un buen paraguas, porque tu paraguas está tan podrido, tu abrigo está casi deshecho, desteñido. Y esta ropa y estos zapatos que tienen tantos huecos ¡no se verán bien!".

Pero Ghalib dijo: "Si me presto algo me sentiré muy incómodo internamente, porque nunca he estado prestándome de nadie, he vivido con mis propios medios, he vivido a mi manera. Sólo por una cena romper mi costumbre de toda la vida, no es bueno".

Así que fue a la corte del emperador con su propia ropa. Cuando mostró su tarjeta de invitación al portero, éste lo miró, se rió y dijo: "¿De dónde has robado esto? ¡Lárgate de acá inmediatamente, de otro modo ¡te apresaré!".

Ghalib no podía creerlo. Dijo: "¡He sido invitado! ¡Anda y pregúntale al emperador!".

El portero dijo: "Todos los mendigos piensan que ¡han sido invitados! Y no eres el primero, muchos han tocado la puerta antes. ¡Lárgate de aquí! ¡No estés aquí porque los invitados estarán llegando pronto!".

Así que Ghalib se fue. Sus amigos sabían que esto iba a suceder, así que habían preparado un abrigo, zapatos, paraguas y otras cosas prestadas. Entonces se puso las cosas prestadas y regresó. El portero le hizo una venia y dijo: "Adelante".

Ghalib era un poeta muy conocido y el rey amaba su poesía, así que se le permitió sentarse justo al lado del rey. Cuando la fiesta comenzó Ghalib hizo algo muy extraño; el rey pensó que parecía un poco loco, comenzó a dar de comer a su abrigo diciendo: "Querido abrigo ¡tú come! Porque realmente tú eres el que has entrado, no yo".

El rey dijo: ¿Qué estás haciendo Ghalib? ¿Te has vuelto loco?

Ghalib dijo: "No, vine antes pero me negaron la entrada. Ahora este abrigo ha venido, sólo estoy con él porque el abrigo no podía venir solo, de otro modo no hubiera venido".

Pero esto le está sucediendo a todo el mundo: no eres tú, sino tu abrigo el que es reconocido por los demás: Así que vas bordando tu abrigo, vistiéndote bien.

La meditación es necesaria para romper con los demás, con los ojos de los demás, con los espejos de los demás. ¡Olvídalos! Por unos cuantos minutos simplemente mira hacia adentro, entonces sentirás el dolor, el sufrimiento interno, porque estás vacío adentro. Entonces comienza la transformación: entonces comienzas a buscar la riqueza interior, el tesoro que existe dentro de ti, no los tesoros que están dispersos en todas partes.

Muchas son las riquezas afuera, sólo uno es el tesoro de adentro. Muchas son las dimensiones y direcciones afuera; uno, sólo un punto es la meta interior.

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