sábado, 22 de marzo de 2025

LOS VERDADEROS MAESTROS

 



Je
sús les dijo a sus discípulos:

"Hagan una comparacióny díganme cómo es que soy".

Simón Pedro le dijo:

"Tú eres como un ángel virtuoso".

Mateo le dijo:

"Tú eres como un sabio con entendimiento".

Tomás le dijo:

"Maestro, mi boca no es capaz de decir cómo es que eres".

Jesús dijo:

"No soy su Maestro, porque han bebido, se han vuelto ebrios con la fuente burbujeante que he descartado".

Entonces cuando Tomás regresó donde sus compañeros, ellos le preguntaron:

"¿Qué te dijo Jesús?".

Tomás les dijo:

"Si les digo una de las palabras que me dijo,

agarrarán piedras y me las tirarán; y brotará fuego de las piedras y los quemará totalmente".

Cada vez que hay un hombre como Jesús o Buda, tratas de escapar de él en toda forma posible, porque él es como una muerte para ti. Por supuesto, racionalizarás tu escape, encontrarás razones muy ingeniosas de por qué te estás escapando. Argumentarás en tu mente: "Ese hombre no es un Cristo, ese hombre todavía no está iluminado". Encontrarás algún defecto en ese hombre de tal forma que te puedas sentir tranquilo. Evitarás a ese hombre.

Es peligroso encontrarlo porque él puede vivir, él puede ver a través tuyo; tú te vuelves transparente para él. No puedes esconderte de él, no puedes esconder la falsedad que eres, ante él, eres como un libro abierto.

Y toda tu vida te has estado escondiendo, toda tu vida has estado tratando de vivir una vida falsa, no auténtica; has estado viviendo en mentiras, y él las verá. Ante él te volverás una hoja temblorosa; ante él serás reducido a tu verdad; ante él no podrás manejar tu falsa imagen, él será una catástrofe. Así que sólo aquellos que son muy valerosos pueden acercarse a un Jesús. Es necesario el valor más grande para acercarse a un hombre como Jesús. Eso significa que estés listo para dar el salto al abismo, que estés listo a perderte.

En la inseguridad de lo desconocido, en lo inexplorado, en el océano donde la otra orilla no es visible, para ir con Jesús es necesario tremendo valor. Y éste es el problema: que muy pocas personas seguirán a Jesús. Aquellos que escapan lo perderán, y perderán el verdadero significado de sus propias vidas. Porque en lo profundo, cuando tratas de escapar de Jesús, estás tratando de escapar de tu propia verdad. Porque él no es sino tu futuro, eres una semilla, él es el árbol, él ha llegado a florecer, él es tu futuro, él es tu posibilidad. Escapando de él, estás escapando de tu mejor oportunidad.

Pero aquellos que se acercan, sólo por acercarse no van a contactar con Jesús. Aquellos que escapan, han escapado, ¡está terminado! Pero aquellos que se acercan, que viven cerca, aun viviendo cerca pueden evitar a Jesús, porque pueden estar cerca a él por razones erradas. Así que entre miles, unos cuantos lo escogerán, y entre aquellos pocos que lo escojan, no todos ellos estarán por razones verdaderas. Y aquellos que están por razones equivocadas también lo perderán.

Puedes estar con una persona iluminada por motivos errados. Observa las razones por las que buscas, por las que vas donde un Maestro. ¿Cuáles son tus razones reales? ¿Estás buscando la verdad? Muy rara vez un hombre busca la verdad. Puedes estar buscando la felicidad, pero no la verdad. La felicidad ocurre cuando se logra la verdad. Pero si estás buscando la felicidad no podrás lograr la verdad, porque la felicidad es un subproducto; no la puedes lograr directamente, no hay manera para ello, llega a través de la verdad. Si llegas a lo verdadero, ocurrirá la felicidad; es su sombra, viene con la verdad. Pero si buscas la felicidad, entonces la felicidad no es posible y se pierde la verdad.

De cien buscadores, noventa y nueve están buscando la felicidad. Han sufrido, la vida ha sido una desgracia, mucho dolor; están buscando el antídoto, están buscando lo opuesto. Estar con un Jesús o con un Buda en busca de la felicidad es perderlo nuevamente, porque tus ojos están cerrados. La felicidad nunca deber ser la meta; se logra, viene automáticamente, no necesitas preocuparte por ella. Es siempre un subproducto: simplemente cuidas al árbol ¡y las flores llegan! No necesitas ir directamente a las flores, si lo haces errarás. Si estás detrás de las flores, errarás; pero si cuidas el árbol, las flores llegarán a su debido tiempo. No necesitas preocuparte, ni siquiera necesitas pensar sobre ellas.

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