Chuang Tzu dice: Sólo tienes que comprenderlo. Has nacido. ¿Qué esfuerzo realizaste para nacer? Creciste. ¿Qué esfuerzo realizaste para crecer? Respiras. ¿Qué esfuerzo realizas para respirar? Todo se mueve por sí mismo, entonces, ¿para qué preocuparse? Que la vida fluya por sí misma y entonces estarás en un continuo soltar. No luches y no trates de ir contracorriente, ni siquiera intentes nadar; solo tienes que fluir con la corriente y dejar que esta te lleve allí donde se dirija. Sé una nube blanca moviéndose en el cielo… Este flotar es la flotación esencial.
Hay que evitar todo lo antinatural. No hagas nada que sea antinatural. La naturaleza es suficiente, no puedes mejorarla, pero el ego dice: no, sí que puedes mejorar la naturaleza; esa es la razón de la existencia de la cultura. Cualquier esfuerzo por mejorar la naturaleza es cultura, y toda la cultura es como una enfermedad; cuando más culturizado está un hombre, más peligroso es.
He oído que un cazador, un cazador europeo, se perdió en una selva de África. De repente encontró unas pocas cabañas. Nunca había oído que allí, en aquella densa jungla, existiese ningún poblado; no aparecía en ningún mapa. Así que se acercó al jefe del poblado, y le dijo: “Es una pena que estén perdidos para la civilización”.
El jefe le contestó: “No, no es una pena. Siempre tememos que nos descubran; una vez que llegue la civilización estaremos perdidos”.
La naturaleza se pierde cuando se hace el esfuerzo de mejorarla; eso significa que se está tratando de mejorar la obra de Dios. Eso es lo que intentan todas las religiones: mejorar la obra de Dios. Chuang Tzu no está a favor de eso. Él dice que la naturaleza es esencial y no puede mejorarse. Si tratas de mejorarla, la fastidias; así es como lisiamos a todos los niños.
Todos los niños nacen en el Tao, después los lisiamos con la sociedad, la civilización, la cultura, la moralidad, la religión… Los lisiamos por todas partes. Luego viven, pero no están vivos.
Cuando más culturizado y civilizado, más muerto. Si quieres ver hombres totalmente muertos y no obstante vivos, vete a ver a los monjes en los monasterios, vete a ver a los sacerdotes en las iglesias, vete a ver al Papa en el Vaticano. No están vivos: tienen tanto miedo a la vida, tanto miedo a la naturaleza, que la han suprimido por todas partes. Es como si ya estuviesen en sus tumbas. Se pueden pintar las tumbas, construir panteones de mármol, pero los hombres que las ocupan están muertos.
La cultura os mata, la cultura es un veneno lento, es un suicidio. Chuang Tzu y su viejo maestro, Lao Tse, están contra la cultura. Ellos están por la naturaleza, por la pura naturaleza. Los árboles están mejor que tú… incluso las aves, los peces en el río, también están en una posición mejor porque están más vivos, danzan al ritmo de la naturaleza. Te has olvidado totalmente de lo que es la naturaleza. La has condenado por completo.
Y si se quiere condenar la naturaleza hay que empezar por condenar el sexo, porque toda la naturaleza proviene de él. Toda la naturaleza es un rebosan de energía sexual, de amor. Los pájaros cantan, los árboles florecen… todo ello es energía sexual en ebullición. Las flores son símbolos sexuales, el canto de los pájaros es sexual, todo el Tao no es más que energía sexual; la naturaleza se propaga a sí misma, se ama a sí misma, alcanza éxtasis más profundos de amor y existencia.
Si se quiere destruir la naturaleza, se condena el sexo, se condena el amor y se crean conceptos morales alrededor de la vida. Esos conceptos morales por muy hermosos que puedan parecer, serán como tumbas. Vuestra moralidad es una especie de muerte; antes de que la muerte os mate ya os mata la sociedad.
Por eso el mensaje de Chuang Tzu es uno de los más peligrosos, el más revolucionario, el más rebelde. Porque dice: ¡Acepta la naturaleza! Y no le otorgues ningún objetivo. ¿Quién eres tú para crear objetivos y propósitos? Solo una parte diminuta, una célula atómica. ¿Quién eres tú para forzar a que el todo se mueva diciendo tus dictados? Eso es muy peligroso para aquellos que se sienten religiosos: para los puritanos moralistas, este es un mensaje de lo más peligroso. Significa: rompe todas las barreras, permite que la naturaleza haga erupción. Es peligroso.
En la naturaleza ya tiene lugar mucha belleza sin necesidad de ningún esfuerzo: una rosa puede ser hermosa sin esfuerzo alguno, un cuclillo canta sin esfuerzo. Mira el ciervo, vivo, lleno de energía, rápido. Mira a la liebre, tan alerta, tan atenta, que incluso un buda podría sentirse celoso.
Observa la naturaleza: todo es perfecto. ¿Se puede mejorar una rosa? ¿Se puede mejorar la naturaleza de alguna manera? Solo el hombre parece haberse equivocado. Si la rosa es hermosa sin ningún esfuerzo por su parte, ¿por qué no puede serlo el hombre? El hombre es parte de la naturaleza, igual que las rosas o las estrellas.
Por eso Chuang Tzu dice: Sé natural, y florecerás. Si te penetra esta comprensión, cada vez más profundamente, entonces todo esfuerzo deja de tener sentido. Dejarás de preocuparte constantemente por el futuro, y vivirás aquí y ahora… este momento lo es todo, este momento es eternidad. Una flor florece sin ningún esfuerzo porque la energía no se disipa en ningún proyecto; la flor no hace planes para el futuro, la flor está aquí y ahora: sé como una flor, sé como un pájaro, como un árbol, como un río, o como el océano, pero no seas como un hombre, porque el hombre se ha equivocado en algún momento…
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