sábado, 30 de junio de 2018

ADAN Y EVA


Es adecuado comprender la antigua historia bíblica de Adán y Eva. Fueron expulsados del Paraíso, fueron expulsados del Jardín del Edén. Es una historia profundamente psicológica. Dios les permitía comer cualquier fruto excepto uno. Había un árbol que no debía ser tocado y ése era el Árbol del Conocimiento. ¡Es algo extraño ver a Dios prohibiendo a sus criaturas comer el fruto del Árbol del Conocimiento! Parece algo muy contradictorio. ¿Qué clase de Dios es éste? ¿Y qué clase de padre es aquel que está en contra de que sus hijos crezcan en conocimiento y sabiduría? Esta historia ha preocupado a muchos. ¿Por qué Dios tuvo que prohibir el conocimiento? Valoramos en mucho al conocimiento, pero fue prohibido.

Adán y Eva existían en un mundo animal. Eran dichosos, pero eran ignorantes. Los niños son felices, pero también son ignorantes. Y los niños, si han de crecer, han de crecer en conocimiento. No hay otra forma de crecimiento. Si eres ignorante puede que seas feliz, pero no eres consciente de tu felicidad.

Esto se ha de entender correctamente. Puedes ser dichoso siendo ignorante, pero entonces no puedes percibir tu dicha, no puedes ser consciente de tu felicidad. En el instante en que empiezas a percibir tu felicidad, dejas de ser ignorante. El conocimiento ha entrado, te has convertido en uno que sabe. Por eso Adán y Eva existían como animales, absolutamente ignorantes y dichosos. Pero esta felicidad no era algo de lo que ellos se dieran cuenta. Eran sencillamente felices sin saberlo.

La historia dice que el Diablo tentó a Eva para que comiera del fruto, y la razón por la que el Diablo pudo tentar a Eva fue ésta: le dijo, “Si comes de esta fruta, serás como los dioses. Esto es altamente significativo. A menos que comas de ese fruto del Conocimiento, del fruto del Árbol del Conocimiento, nunca podrás ser como los dioses, seguirás siendo como los animales. Y èse fue el motivo por el cual Dios les había prohibido, vedado, el tocar ese árbol. ¡Pero fueron tentados!

Esta palabra “diablo” (*) es muy hermosa y, en particular, para los hindúes. Tiene un significado diferente que para los cristianos porque “diablo” proviene de la misma raíz, de la misma palabra, de la cual proviene “deva” o “devata”, dios. “Diablo” y “divino” provienen de la misma raíz. De este modo parece que la historia cristiana es parcial, incompleta de alguna forma. Una cosa sì se sabe: el Diablo mismo era un dios rebelde, un ángel rebelde que se alzó contra Dios. Pero en sí, él era un dios.

¿Por qué digo esto? Porque para mí no existen dos fuerzas en el mundo como Dios y el Diablo. Esa dicotomía es falsa. ¡Solamente existe una fuerza! Y la dicotomía no es de dos enemigos, sino de dos polaridades de una misma fuerza, de Dios y el Diablo. Es una misma fuerza operando a través de dos polaridades, porque a menos que una fuerza se manifieste en dos polaridades, no puede operar.

Para mí esta historia bíblica adquiere un nuevo significado. Dios lo prohibió porque solo puedes tentar si prohíbes. Si no se hubiera mencionado para nada al Árbol del Conocimiento, parece improbable que Adán hubiera pensado o imaginado comer de este árbol, en particular. El Jardín del Edén era inmenso, había infinitos árboles. Desconocemos el nombre de cualquier otro árbol.

Este árbol se volvió importante debido a que fue prohibido. Esta prohibición se convirtió en una invitación; esta prohibición se convirtió en la tentación. No fue realmente el diablo quien tentó. El primero fue Dios mismo. Esta fue la tentación, “No os acerquéis al Árbol del Conocimiento; no comáis de su fruto. Solamente hay un árbol prohibido excepto en eso, sois libres”. De repente este árbol se convierte en el más importante del Jardín.

Y para mí, “Diablo” es simplemente otra denominación de Divino, la otra polaridad. Y el Diablo tentó a Eva porque entonces podría ser como los dioses; ésta era su promesa. ¿Y a quién no le gustaría ser como los dioses? ¿A quién no le gustaría?

Adán y Eva fueron tentados y luego expulsados del Cielo. Pero esta expulsión forma parte del proceso. En realidad, ese Cielo equivalía a una existencia animal, dichosa, pero ignorante. Debido a que comieron del fruto del Árbol del Conocimiento, Adán y Eva se convirtieron en seres humanos. Antes no eran en absoluto humanos. “Se convirtieron en seres humanos” y cuando digo esto, quiero decir que se convirtieron en un problema.

Se dice que las primeras palabras que Adán dijo cuando salió por la puerta del Jardín, fueron: “Estamos viviendo tiempos revolucionarios”. Fue una época revolucionaria. La mente humana no conocerá otra vez una revolución de tal calibre como esta expulsión del mundo animal, esta expulsión de una existencia de felicidad, de ignorancia. Los tiempos fueron verdaderamente revolucionarios. Las demás revoluciones no son nada si las comparamos con ésta. La mayor revolución fue ésta: la expulsión.

Pero. ¿por qué fueron expulsados? En el instante en que te vuelves consciente, en el instante en que sabes, dejas de vivir en la felicidad. Surgirán problemas. Y aunque te sientas dichoso, este problema surgirá en tu mente: “¿Por qué soy feliz? ¿Por qué?”. Y no puedes ser dichoso a menos que te sientas angustiado, porque todo sentimiento es posible únicamente con su extremo opuesto. Puedes sentir la felicidad solamente si comienzas a sentirte infeliz; puedes empezar a sentirte sano solamente cuando has empezado a conocer la enfermedad; no puedes ser consciente de la vida si no has temido a la muerte.




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