sábado, 27 de octubre de 2018

LA TENSIÒN EN EL HOMBRE


Cuando alguien dice que morirá como un perro, significa que morirá sin evolucionar, sin haberse vuelto esencia. Se mantendrá solamente como una posibilidad. El perro A, el perro B, el perro C, sólo pueden morir de una forma. Su muerte es simplemente parte de su vida. No son responsables de su vida, no son responsables de su muerte. Dos perros mueren de forma similar; nunca pasa lo mismo con dos hombres. No pueden morir de modo similar, y si mueren de forma semejante, significa que han dejado escapar la oportunidad de evolucionar.

Con la presencia de la consciencia tú eres el responsable de todo, no importa de qué. Es una pesada carga y una gran angustia. Da miedo. Estás al borde de un abismo. Esto es lo que quiero decir cuando afirmo que el hombre necesita ahora de un esfuerzo consciente. Ser un hombre quiere decir que se entra en el campo de la evolución consciente. Millones y millones de años te han creado, pero ahora la naturaleza no te va ayudar. Esta es la culminación del crecimiento natural. Ahora la naturaleza no puede hacer nada por ti. Ya ha hecho todo lo que podía. Debido a este hecho existirá implícita una profunda tensión interna en todo momento.

El hombre está en tensión. Es algo natural y es bueno que lo esté. No trates de olvidarte de ello: ¡úsalo! Puede que intentes olvidarte; entonces te perderás la oportunidad. Cualquier esfuerzo por olvidar tu tenso estado mental es algo erróneo, peligroso. Estás retrocediendo. Emplea esta tensión interna para crecer, para ir más lejos. Ahora eres incapaz de ir más lejos mediante el cuerpo. El cuerpo se ha convertido en un cul-de-sac, en un callejón sin salida. No hay un progreso ulterior.

El cuerpo se mueve horizontalmente. Es algo así como esto: un aeroplano rodando en tierra, por una pista, para poder despegar. Hay un momento en el que deberá dejar de rodar en horizontal. Tendrá que recorrer uno, dos, o tres kilómetros para tomar impulso. A partir de ahí el seguir rodando en tierra perderá todo sentido. Y si un aeroplano sigue rodando en la pista, no es un aeroplano; se comporta como un coche. Cuando alcanza el suficiente impulso, el aeroplano despega y comienza un movimiento ascendente.

Esto es lo que ha ocurrido con el hombre. Hasta el hombre, la evolución ha estado, digámoslo así, rodando por la pista. Ahora el hombre se ha convertido en el impulso. Con el hombre, el único movimiento posible es el ascendente. Si analizas esto y piensas, “Hemos de seguir rodando por la pista porque lo hemos estado haciendo desde hace millones de años”, te estás equivocando porque todo este rodar estaba en función del momento en que pudieras despegar.

Los animales ruedan hacia el hombre, los árboles ruedan hacia los animales, la materia rueda hacia los árboles, todo en esta tierra rueda en dirección al hombre. ¿Hacia qué rueda pues el hombre? El hombre es el foco central. Todo crece en dirección al hombre. Para el hombre no existe el movimiento horizontal. Y si tú continúas moviéndote en horizontal, tu vida no será verdaderamente una vida humana.

Tu vida la forman numerosos niveles no humanos. A veces te comportas como un animal. Si te mueves en horizontal puede que a veces seas como un vegetal y a veces puede que seas como materia muerta, pero nunca un hombre. Observa pues las profundidades de tu vida. No has dado un giro en vertical. ¿Qué estás haciendo entonces? Si analizas en detalle cada uno de tus actos descubrirás que una clase de actos pertenece al mundo animal, otra pertenece al mundo vegetal, etc. Considera tu actividad, tu vida y entonces descubrirás que es como si fuese materia sin vida; ciertas cosas son algo así como un crecimiento vegetal y tras como un animal. ¿Dónde está el hombre?

Con el impulso vertical el hombre entra en la Existencia y a partir de ahí depende de ti. La evolución consciente va a ser a partir de ahora la única evolución. Por eso la religión se volverá más y más importante cada día.

Día a día, a cada instante, la religión será más y más importante porque ahora los científicos perciben el hecho de que al parecer no existe el movimiento. Desde luego, horizontalmente no hay movimiento. No puedes progresar más, todo se ha detenido. Por eso la ciencia se limita sencillamente a complementar tus sentidos.

Tus ojos han dejado de evolucionar, por eso ahora empleas instrumentos para ver. Tu cerebro ha dejado de evolucionar, por eso ahora empleas ordenadores. Tus piernas han dejado de evolucionar, por eso ahora empleas los coches. Todo lo que la ciencia aporta son sencillamente instrumentos adicionales en ayuda de un crecimiento que se ha estancado.

El hombre no está creciendo, solamente los nuevos instrumentos se están desarrollando. Y, desde luego, cada instrumento incrementa tu poder, pero tú no creces con él. Más bien es el caso contrario. Los coches han aumentado mucho la cuestión de la rapidez, pero han acabado con tus piernas. Esto es algo lamentable, pero es lo que va a ocurrir. Si los ordenadores reemplazan la mente del hombre, y la reemplazarán porque la mente del hombre no es tan eficiente como la de un ordenador, será algo grande, pero en último término destruirá la mente humana porque todo aquello que no es utilizado es destruido.

Por eso la ciencia percibe ahora que cualquier cosa que se vaya a hacer no es más que dar una falsa noción de evolución. Si retrocedemos al pasado, la velocidad más alta alcanzable era la velocidad de un caballo, unos 40 Km. por hora. Ahora hemos llegado a los 40.000 Km. por hora. La velocidad ha evolucionado desde los 40 Km. por hora hasta los 40.000 Km. por hora. No el hombre, sino la velocidad es la que ha evolucionado. ¡No ha sido el hombre! El hombre permanece igual. O, más bien al contrario, el hombre ha retrocedido porque un hombre montando un caballo, es más fuerte que un hombre piloteando un aeroplano. La velocidad ha progresado, ha evolucionado, pero el hombre ha retrocedido.


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