sábado, 23 de noviembre de 2019

EL CEREBRO Y LA MENTE


La gente zen dice que existe una constante lucha entre la cabeza y el estómago, y la cabeza gana al estómago. La cabeza es muy destructiva para el estómago. Y el estómago es la auténtica sede de tu ser. La cabeza se ha convertido en el dictador a causa del lenguaje, las palabras, las teorías, la educación, el aprendizaje y el conocimiento. La cabeza se ha convertido en una sede. Hay que desechar esa cabeza, y al hacerlo no perderás nada. Al vivir con la cabeza sólo vives a través de palabras muertas que no pueden satisfacerte, ni liberarte. La cabeza contra el estómago.

Precisamente la otra noche estuve hablando sobre un maestro zen que solía tener dos muñecas a su lado. Eran casi iguales, pero en su interior había una diferencia. A una le pesaba demasiado la cabeza, tenía un pedazo de metal dentro. A la otra le pesaba mucho la parte de abajo. Tenía un pedazo de metal en el estómago. Y parecían iguales, incluso estaban vestidas del mismo modo. Y siempre permanecían sentadas una junto a la otra.

Y cuando se presentaba alguien y preguntaba: “¿Qué es el zen?”, o; “¿Qué es la meditación y cómo se llega?”, lo primero que hacía el maestro era empujar una de las muñecas –la de la cabeza pesada-, que caía redonda y no podía ponerse derecha. ¿Cómo iba a poder con aquella cabeza tan pesada? A continuación empujaba la otra muñeca, la que tenía el estòmago pesado, así que tampoco es que pudiera empujarse mucho, pero saltaba hacía atrás y acababa sentada en la postura del Buda.

Y entonces el maestro decía: “Esto es zen, el estómago. Esto es Oriente, el estómago”.

En los antiguos países orientales, sobre todo en Extremo Oriente, siempre han considerado que el ser humano vive en el vientre. Antaño –hace sólo cien años-, si hubieras ido al Japón te habrías encontrado con gente a la que de haberle preguntado: “¿Y usted dónde piensa?”, te habrían señalado el vientre: “Pensamos aquí”. Ahora ya están desapareciendo, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. El propio Japón se ha convertido en algo parecido a la primera muñeca: el impacto norteamericano ha sido muy fuerte. Ahora se ríen y nadie podría decirte que se ríen desde el vientre; les parece una locura decir que se piensa con el vientre. Ahora han empezado a pensar desde la cabeza.

Pero el énfasis es importante. El vientre es la fuente de tu vida. Te hallabas unido a tu madre por el ombligo; ahí es donde empezó a palpitar la vida. La cabeza es el rincón más alejado de tu existencia, el centro es el ombligo, tu existencia, tu ser, reside ahí. Puede que tu pensar esté en la cabeza, pero pensar es una especialidad. De igual manera que utilizas las manos para ciertos propósitos, las piernas para otros, los ojos para otros distintos, y las orejas y la nariz… pues también utilizas tu cabeza, tu mecanismo cerebral, para pensar.

Pero ¿quién lo utiliza? ¿Quién usa las piernas para andar, quién usa las manos y los ojos? ¿Y, quién usa el cerebro? Ahora incluso la psicología occidental empieza a sospechar de su vieja idea acerca de que el cerebro es la mente. Sospechan que tal vez sea así. Ahora hay unas cuantas personas que han empezado a considerar que el cerebro y la mente son distintos.

Y tú también has tenido de vez en cuando algún vislumbre acerca de que el cerebro no es la mente. Por ejemplo, ves a un hombre pasando por la calle… Recuerdas el rostro, recuerdas que conoces a ese hombre, recuerdas que debes saber su nombre y de repente tienes el nombre en la punta de la lengua, y te dices: “Tengo el nombre en la punta de la lengua. Está ahí, pero no acabo de verlo”.

Ahora dos cosas. El cerebro suministra el nombre, pero requiere de cierto tiempo. El cerebro dice: “Espera. Está por aquí, en el archivo. Espera”. Pero el que está esperando no es el cerebro, porque tú lo sabes. “Sí, está por ahí”. El cerebro es el mecanismo que la mente está utilizando. Entonces haces un esfuerzo y si no aparece, frustrado, te olvidas de la historia. Y te metes en el jardín y empiezas a fumar un cigarrillo, y de repente te viene a la cabeza.

Tú y tu cerebro sois dos cosas. El cerebro es uno de tus mecanismo, como cualquier otro, esta mano es un mecanismo que yo utilizo. Mi cerebro es otro de mis mecanismos. ¿Dónde radica la sede de la mente? El zen dice que en el estómago, en el vientre, en el ombligo, donde apareció exactamente la primera palpitación, para luego expandirse por todo el cuerpo. Regresa ahí.


Esta cuestión de la cabeza frente al estómago ha pasado por muchas formulaciones: intelecto frente a intuición; lógica frente a amor; consciencia frente a inconsciencia; la parte frente al todo; hacer frente a suceder; vida frente a muerte; tener frente a ser. Estas siete formulaciones son posibles, y también son importantes.

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