sábado, 30 de agosto de 2014

LA INDIVIDUALIDAD Y LA PERSONALIDAD

El ser humano ordinario, inconsciente, no tiene individualidad; sólo tiene personalidad.

Personalidad es lo que te dan los demás -tus padres, los profesores, el sacerdote, la sociedad-, es todo lo que dicen de ti. Como has deseado ser respetable y ser respetado, has estado haciendo cosas que los demás valoran, y la sociedad te va premiando, respetándote cada vez más. Éste es su método para crear una personalidad.

Pero la personalidad es muy superficial, no va más allá de la piel. No es tu naturaleza. El niño nace sin personalidad, pero nace con una individualidad potencial. La individualidad potencial simplemente indica su peculiaridad frente a todos los demás; él es diferente.

Por tanto recuerda que individualidad no es personalidad. Cuando abandonas tu personalidad, descubres tu individualidad, y sólo el individuo puede iluminarse. Lo falso no puede convertirse en la realización última de la verdad. Sólo lo verdadero puede encontrarse con lo verdadero, sólo lo igual puede encontrarse con lo igual. Tu individualidad es existencial, de ahí que cuando tu individualidad florece te vuelves uno con la totalidad.

Ésta es la pregunta: ¿Si te haces uno con la totalidad, cómo puedes seguir siendo un individuo?

El problema simplemente está en tu falta de entendimiento. La experiencia de convertirte en la totalidad es una experiencia de consciencia, y se expresa a través del cuerpo, a través de la mente. La experiencia está más allá de la estructura cuerpo-mente. Cuando uno se queda en absoluto silencio, entra en samadhi, alcanza el cuarto estado, no es el cuerpo, no es la mente.

Éstos se quedan en silencio; él está muy por encima. Es pura consciencia.

Esta pura consciencia es universal, de la misma forma que la luz de todas las bombillas es una, pero puede expresarse de manera muy diferente. La bombilla puede ser azul, la bombilla puede ser verde, la bombilla puede ser roja; la forma de la bombilla también puede ser diferente. El cuerpo-mente sigue estando allí, y si el hombre que ha tenido la experiencia quiere expresarla, entonces tiene que usar el cuerpo-mente; no hay ninguna otra forma. Y su cuerpo-mente es único: sólo él tiene esa estructura, nadie más.

Entonces ha experimentado lo universal, se ha convertido en lo universal, pero para el mundo, para los demás, él es un individuo único. Su expresión va a ser diferente de la de otros seres realizados. No es que él quiera ser diferente; tiene un mecanismo diferente y sólo puede conectar contigo a través de ese mecanismo.

Si el hombre tiene la capacidad de expresar lo inexpresable, entonces habla; pero sus palabras tienen un impacto totalmente diferente. Todo el mundo utiliza las mismas palabras, pero no tienen el mismo impacto porque no llevan la misma energía, no vienen de la misma fuente. Un hombre que tenga la experiencia expresará palabras llenas de experiencia: no son palabras secas, no son las palabras de un orador, de un conferenciante.

Quizá no sea un gran orador, pero ningún orador podrá hacer lo que él hace con las palabras.

Puede transformar a la gente con que sólo le escuchen. Con sólo estar en su presencia, con sólo dejar que sus palabras se derramen sobre ti, sentirás una transformación: nace en ti un nuevo ser, renaces.

Por eso cuando digo que incluso los seres iluminados tienen individualidad, me refiero a que siguen siendo únicos, por la simple razón de que tienen una estructura cuerpo-mente que es única y todo lo que te llegue tiene que hacerlo a través de esa estructura.

Jesús, Buda hablan de una manera, Mahavira de otra. Chuang Tzu cuenta historias absurdas -es un gran narrador de historias, pero sus historias, a su vez, van jugando con tu corazón. Son tan absurdas que tu mente no puede hacer nada con ellas.

Por eso han elegido que las historias sean absurdas, para que tu mente no pueda entrometerse.

Detiene tu mente con las historias absurdas, y entonces su presencia está disponible para ti y para tu corazón; puedes beber el vino que te ha traído. Y ha alejado tu mente contándote una historia absurda. La mente se queda confundida y deja de funcionar.

Los discípulos de Jesús le reclamaban por hablar en parábolas, mucha gente se ha preguntado por qué Chuang Tzu escribe unas historias tan absurdas, pero nadie ha podido explicarlo por la simple razón de que la gente que se lo pregunta no tiene ni idea de que es un dispositivo para detener el funcionamiento mental: entonces estás disponible, plenamente disponible desde tu corazón. De esa forma él puede contactar contigo.

Pero Jesús y Buda no pueden contar una historia absurda. Ellos usan las parábolas, que son muy significativas. No quieren evitar la mente...; estás son las peculiaridades de las personas. Ellos quieren que la mente esté convencida y entonces, a través del convencimiento mental, quieren llegar a tu corazón. Si la mente está convencida, entonces dejará pasar. Y las parábolas, sus discursos, son todos muy lógicos; la mente tiene que dejar pasar antes o después.
Somos diferentes individualmente. Y no hay contradicción. Uno puede experimentar lo universal, y sin embargo cuando le llega la hora de expresarse, tiene que ser un individuo.

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