sábado, 2 de agosto de 2014

LAS VIDAS PASADAS

No hay recuerdo que no sea mental, pero no conoces la totalidad de tu mente. Cuando tratas de recordar, sólo utilizas la mente consciente y la mente consciente sólo puede llegar a la edad de cuatro años. Pero debajo de la consciencia está la mente inconsciente.

A veces, en tus sueños, vas más profundo de lo que la mente consciente puede llevarte jamás. Muchos de tus sueños son recuerdos de vidas pasadas, pero no hay forma de que puedas reconocerlo. Por eso existe un método especial que es parecido a la hipnosis. Otra persona te lo hace y así es más sencillo porque te puedes relajar completamente, y ella puede guiarte a entrar profundamente en tus vidas pasadas.

En la hipnosis, que en terminología budista o jaina -porque ellos fueron los primeros en descubrir el método- se le llama jati-smaran: recordar las vidas pasadas; en la hipnosis no oyes a nadie más que a la persona que te hipnotiza. Ella puede hablarte y tú puedes responderle, pero seguirás estando profundamente dormido, no pasarás a la mente consciente. Sólo en la hipnosis se puede comunicar con tu mente inconsciente, plantearle preguntas.

Esto puede repetirse una y otra vez, y si surge el mismo hecho continuamente, sin excepción, si surge el mismo recuerdo, la misma historia, entonces evidentemente no se trata de la imaginación.

Otra cosa es que... a través de la hipnosis la otra persona puede llegar hasta ti, pero no por medio de la mente consciente; porque en todo lo que hace la mente consciente hay esfuerzo y tensión, y eso impide que el inconsciente salga a la superficie.

La mente inconsciente es nueve veces mayor que la consciente; tiene tesoros tremendos, todos los recuerdos de tu pasado. Y debajo del inconsciente está el inconsciente colectivo.

Debajo del inconsciente colectivo está el inconsciente cósmico. Poco a poco uno puede ir profundizando más, y el inconsciente cósmico tiene más recuerdos.

La mente no es sólo lo que conoces de ella; tiene mucho por descubrir. Es tuyo, está allí, pero no resulta fácil acceder a ello. Y hay buenas razones para que el acceso no sea fácil.

La naturaleza ha construido barreras porque sería muy confuso para ti si no hubieran barreras entre el consciente, el inconsciente, el inconsciente colectivo y el inconsciente cósmico. Incluso esta pequeña mente -la mente consciente- es tan confusa, está tan alterada. Si supieras que has vivido durante milenios, desde el principio mismo, naturalmente te harías un enorme lío, sería una locura, por eso la naturaleza va poniendo barreras entre tus experiencias pasadas y sólo te permite recordar las de esta vida.

La ciencia de la hipnosis ha sido condenada por todas las religiones, y la razón es que si el hipnotismo se acepta como una investigación cien¬tífica -y una vez explorado tiene que ser aceptado, porque cumple todos los criterios científicos- entonces habrá problemas: los cristianos ya no puede decir que sólo hay una vida, los mahometanos no pueden decir que sólo hay una vida, Darwin no puede decir que el hombre ha evolucionado de los simios. Dependerá de los resultados de la investigación efectuada sobre la mente total de miles de personas y de lo que digan.

Los hindúes creen que la consciencia humana ha evolucionado de la consciencia de las vacas, por eso las llaman «madre». Y en mi opinión la maternidad de la vaca parece más relevante que la paternidad del mono. Los hindúes dicen esto después de cierta investigación mental que ha estado presente en Oriente durante siglos: el acceso a las vidas pasadas. y no ha habido ni una sola excepción: cuando cruzas el límite del inconsciente colectivo, procedes del cuerpo de una vaca, no del de un mono.

No se trata de una hipótesis. Lo que dice Darwin sólo es hipotético, sólo es una conjetura, y ahora está siendo negado, incluso por los científicos. Ya no quedan muchos darwinistas, están pasados de moda.

Las últimas investigaciones evolutivas no apoyan la teoría de Darwin. Dicen que durante miles de años no hemos visto a ningún mono evolucionando hacia el estado humano, y tampoco hemos visto lo contrario, que el hombre vuelva hacia el mono. Y Darwin no pudo mostrar el eslabón perdido, cosa que se le pidió una y otra vez durante toda su vida; ¡fue una pesadilla para él! No puede haber un simple salto del mono al hombre: en este momento eres un mono y al momento siguiente decides ser un hombre, y te conviertes en hombre. Debe haber un eslabón perdido... no sólo un eslabón, quizá muchos eslabones, muchos pasos lentos, lentos, pero deben ser accesibles.

Darwin ni siquiera pudo encontrar restos humanos que probaran la existencia del eslabón. Hemos estado buscando restos humanos y hemos encontrado un cuerpo humano que tiene noventa mil años, un cuerpo humano encontrado en China. Pero ya es humano; no es un mono. Fue conservado por la nieve. Y ya es humano, tan humano cómo tú.

Pero los hindúes tienen un planteamiento completamente diferente. Hay que recordar que éste es el único punto en el que las tres religiones nacidas en India se ponen de acuerdo: tienen su propia filosofía sobre todo lo demás, pero están de acuerdo respecto a la reencarnación. Y esto no es accidental, porque las tres religiones trabajaban siguiendo las mismas líneas -investigando el inconsciente humano- y todas llegaron a los mismos resultados. Llamar madre a una vaca... creo que el resto del mundo se ríe de ello pero no creo que nadie entienda por qué los hindúes llaman madre a las vacas.

Si tienen razón... las vacas tienen cualidades maternales, y es mucho mejor estar conectados con ellas que con los monos.

Por tanto no intentes recordar. No es una cuestión de recordar. No puedes cruzar la barrera con la mente consciente; sólo puedes imaginar, y sabes que sólo es imaginación porque cambia cada vez, sabes perfectamente bien que te lo estás imaginando. Pasa por el proceso hipnótico. Y el proceso hipnótico es muy simple, el más simple de todos.

Nuestra mente tiene siete mundos. Conocer el pasado, conocer nuestro trasfondo, es conocer toda la historia de la consciencia y de su evolución hasta este momento. Pero este viaje aclara que el nuestro no es el último estadio, no puede serlo. Si hay tanto detrás de ti, también debe haber algo por delante. Por eso la psicología occidental continúa trabajando con una sola cosa: el inconsciente, el primer escalón en la escala descendente. La psicología oriental ha trabajado con los siete.

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