sábado, 16 de marzo de 2019

LA RELATIVIDAD Y LA CERTEZA


Steinbeck ha escrito en alguna parte en su diario, “Es mejor haber vivido y amado que no haber amado en absoluto”.

Tensión también ha dicho, “Es mejor haber amado y haber sentido su pérdida, que no haber amado nunca”. El amor posee su propio sufrimiento. En realidad una vida sin amor tiene menos sufrimiento; por eso si eres capaz de soslayar el amor, te evitarás mucho sufrimiento. Si eres vulnerable al amor, sufrirás más. Pero el amor aporta riqueza, profundidad; por tanto si no has amado, no habrás vivido. El amor es una clase de conocimiento más profundo.

El conocimiento al que nosotros llamamos conocimiento es sólo un conocimiento superficial; es conocer a alguien, a algo, solamente desde el exterior. Cuando amas a alguien, lo conoces desde dentro. Esto no es superficial. Ahora has profundizado en alguien y sufrirás más, pero el amor te aportará una nueva dimensión a la vida. Por eso una persona que no haya amado no ha vivido en el plano humano; debido a que el amor conlleva mucho sufrimiento, lo evitamos. Todo el mundo evita el amor. Hemos inventado muchas triquiñuelas para evitar el amor porque el amor conlleva sufrimiento. Pero si triunfas en evitar el amor, has triunfado al evitar una cierta profundidad que solamente el amor puede aportar a tu vida. Crece en conocimiento y crecerás en sufrimiento; crece en amor y sufrirás aún más, porque el amor es un conocimiento más profundo.

Surgirá la riqueza, pero ésta es la paradoja y ha de ser correctamente entendida: cuando más te enriquezcas, más pobreza percibirás. Cuando más rico te sientas, te sentirás también más pobre. En realidad un hombre que es pobre, un auténtico pobre, nunca se percibe a sí mismo como pobre. Solamente un rico empieza a sentir una mayor pobreza. Si observas al mendigo verás que es feliz con calderilla; muy feliz. No puedes ni imaginarte cómo es capaz de sentirse feliz. Recoge unas pocas monedas durante el día, pero es muy feliz.
¡Observa a un rico! Ha acumulado tanto que es incapaz de gastarlo, pero no es feliz. ¿Qué le ocurre? Cuanta más riqueza tienes, más pobre te sientes. Y esto sucede en todos los ámbitos. Cuanto más sabes, más ignorante te sientes. Una persona que nada sabe, nunca siente ser un ignorante. ¡Nunca siente serlo! Es imposible porque este sentimiento forma parte del saber. Cuanto más sabes, más cuenta te das de lo mucho que queda por conocer. Cuanto más sabes, más sientes que todo lo que conoces no es nada.

Se dice que Newton dijo, “He estado en la playa y todo lo que he podido reunir es un puñado de arena, nada más. Es una gran e infinita inmensidad. Todo lo que sé es como un puñado de arena en mi mano y todo lo que no sé es esta infinita inmensidad del océano”. Newton se siente más ignorante de lo que tú te puedas sentir, porque ese sentimiento es parte del saber.

Si eres capaz de amar, podrás sentir la imposibilidad de amar. Podrás sentir que es virtualmente imposible amar a alguien. Pero si no amas a nadie; nunca te darás cuenta de que el amor es un largo y tortuoso viaje, porque solamente cuando te introduces en algo es cuando te das cuenta de la finitud de tu capacidad y la infinitud de aquello en lo que estás entrando. Cuando salgo de casa me encuentro con el cielo. Si me quedo en mi casa, no lo llego a conocer y puede que, finalmente, me llegue a creer que aquella sea todo el universo.

Cuanto menos sabes, más confiado te sientes. Cuanto más sabes, menor es tu confianza. Cuanto mayor es tu conocimiento, más dudará la mente en afirmar, e incluso sólo en opinar, lo que es correcto y lo que está equivocado. Cuanto menos sabes, más certidumbre posees.

Hace tan sólo cincuenta años la ciencia poseía una certeza absoluta, una certeza total. Todo estaba claro y clasificado. Y entonces se presentó Einstein, quién probablemente fue la primera mente científica que se encontró en la plena inmensidad del mundo, del universo. Entonces todo se volvió incierto. Einstein dijo, “El poseer una certeza sobre algo demuestra que eres un ignorante. Si sabes, como mucho podrás estar relativamente en lo cierto”. “Relativamente en lo cierto”, es sencillamente otro nombre para la incertidumbre. “Al ser todo relativo”, enuncia Einstein, “la ciencia nunca podrá volver a ser absoluta”. Y en la actualidad nos hemos encontrado con tanto conocimiento que todo ha resultado alterado y hecho añicos. Todas las certezas han desaparecido.

Mahavira, una de las mentes más penetrantes de toda la historia de la Humanidad, no decía nada sin emplear “quizás” en ello. Si le preguntabas, “¿Existe Dios?”, él te contestaba “Quizás exista o quizás no exista”. Incluso si le preguntabas, “¿Eres tú real?”, él decía, “Quizás soy real y quizás no, porque en cierto sentido sí soy real y en otro sentido no lo soy. Puesto que voy a morir, ¿cómo puedo afirmar que soy real? Un día simplemente me evaporaré y no serás capaz de descubrir ni adonde me he ido. ¿Cómo voy a decir pues que soy real? Desapareceré tal y como un sueño desaparece por la mañana. Pero incluso entonces no podré afirmar con certeza que soy irreal, porque para afirmar que soy irreal, se necesita algo de realidad. Hasta para soñar se necesita de alguien que sueñe, alguien que sea real”. Por eso solía decir; “Quizás sea real y quizás no lo sea”.

Fue por esto que Mahavira no tuvo gran cantidad de seguidores. ¿Cómo vas a tener seguidores si tú mismo posees tal incertidumbre? Los seguidores necesitan de certezas, de dogmatismo absolutos. Di, “Esto está bien y eso está mal”. Si en realidad “eso” está bien es otra cosa, pero muéstrate seguro y crearás confianza en tus seguidores pues ellos han venido para saber, no para preguntar. Han venido a por certezas. Han venido por dogmas, no en busca de una auténtica indagación. Así, una mente inferior a la de Mahavira reunirá multitud de seguidores. En realidad, cuanto más inferior es la mente, más fácil es volverse un líder, porque todo el mundo necesita de certezas. De esta forma se sienten seguros.
Con Mahavira todo se vuelve incierto. Y lo tenían tan claro que si le preguntabas una cosa, te daba siete respuestas diferentes. Te daba siete respuestas, cada una contradiciendo a la anterior. Entonces todo adquiría tal complejidad que retornabas más ignorante que cuando habías llegado.

Con Einstein, por primera vez el genio de Mahavira se introdujo en la ciencia. La relatividad es un concepto de Mahavira. El afirma que todo está en relación, que no hay nada absoluto, y que lo diametralmente opuesto es verdadero en cierto modo. Pero entonces todas las frases se convierten en algo tan elevado, contienen tantos paréntesis, que no puedes tener certeza alguna con ellas.

Por eso solamente existen 2.500.000 de jainos en la India. Si Mahavira hubiera convertido solamente a veinticinco familias, en la actualidad se habrían convertido en esos 2.500.000, solamente reproduciéndose. ¿Únicamente 2.500.000 después de veinticinco siglos? ¿Qué ocurrió en realidad? Mahavira no pudo realmente convertir a nadie. Una mente tan aguda no era capaz de convertir. Se necesita una mente inferior para crear seguidores. Cuanto más estúpido es el líder, mejor, porque entonces podrá decir que sí o que no con plena seguridad y sin saber nada.



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