sábado, 25 de mayo de 2019

LOS MÈTODOS DE TRASCENDENCIA


Te contaré una historieta de los Upanishads. Un rishi (sabio) está sentado con su mujer y su hijo. Un hombre pasa por ahí, se enamora de la esposa y la invita a acompañarlo a su casa; la esposa le acompaña. El rishi no reclama ni critica, pero el hijo se enoja y le dice a su padre: "Esto es un comportamiento animal, no debe permitirse. Cuando yo haga un código moral, esto será prohibido, porque es actuar como los animales". El padre le responde: "Esto no es actuar como los animales; es tu rabia, tu ira, conducta animal, proyección de violencia moral. Ni siquiera un animal tendría esa actitud: si pelea, pelea y no se queda con la posesión al final".

Esta actitud, la del padre, es realmente una actitud superior, aunque no pueda entenderse. Los animales pelean por su pareja; tienen un sentido de posesión territorial y no permiten a otros en su territorio, por sexo, por alimento, o por lo que sea. Si alguien lo invade, luchan. El padre continúa: "Esto es lo humano: si alguien se enamora de tu madre, nadie tiene la culpa, y si ella acepta. ¿quién soy yo para impedirlo? Yo también así me enamoré de ella, y aceptó ser mi esposa, pero no mi posesión. Conozco la debilidad humana porque me conozco a mí mismo. Nada malo ha sucedido, y yo no soy un animal; no puedo, pues, pelear por esto. Èl es un ser humano como yo, y tu madre es hermosa; se ha enamorado como yo".

Pero esta es una moral muy alta, y sólo puede cultivarse antes de la madurez sexual, no. si has sido educado de otro modo. Después de la madurez sexual no serás capaz de canalizar la energía. Es muy difícil. Pero si los canales están a punto antes, la energía fluirá por ellos tan naturalmente como ahora fluye por el sexo. Este hombre, este padre, este rishi, hubo de haber conocido Kundalini, o no hubiera podido conducirse como lo hizo. Muestra un desarrollo de Kundalini, la energía que asciende. De otro modo su actitud no hubiera sido concebible. La energía descendente conduce a la violencia; hacia arriba, es manifestación de amor, de comprensión, de compasión.

Este método es, pues, indirecto: actúa a través de muchas puertas. Si tu Kundalini puede usarse, el método la pondrá en acción: es flexible absolutamente. Si tu Kundalini no está lista y no puede usarse, si es peligroso, no recurriré a ella; habrá otros canales, otras rutas que carecen de nombres porque ninguna enseñanza antigua las utilizó, pero existen. Mahavir nunca habló de Kundalini; tampoco Buda lo mencionó. Nunca la conoció Cristo; Lao-Tse no oyó hablar de ella. Ellos llegaron por otros caminos.

El sendero de Buda no fue a través de Kundalini: el sexo se había vuelto para él absolutamente aburrido; no le interesaba. Y era lógico: su padre le proporcionaba multitud de muchachas hermosas; toda belleza estaba en su palacio, y él simplemente ya no deseó. A cualquiera le pasaría igual. Quedó tan harto de sexo que no podía concebir que la misma energía pudiera trasmutarse, y nunca lo intentó. Incluso si alguien le hubiera dicho que la energía sexual puede convertirse en divina, no le hubiera hecho caso, pues había conocido mucho el sexo y nada tuvo de divino para él: solo era carnal. Buda recorrió otro camino, habló de otros centros: los chakras, y los puso en acción.

Si tú recurres a Kundalini, entras en un progreso gradual: Kundalini es una continuidad, y como un termómetro, va ascendiendo lenta, muy lentamente. La vía es continua. Buda nunca se sirvió de ella, pero habló de los chakras que funcionan en saltos repentinos: un chakra salta a otro, sin continuidad. Debido a este proceso Buda concibió al mundo de una nueva manera. Dijo que no hay continuidad en el mundo, sino saltos: nada es continuo. La flor no se continúa desde el botón, sino que da un salto. La juventud procede de la infancia, salta. De ahí que los filósofos budistas están ahora muy contentos, pues la ciencia dice también que no hay continuidad, que el proceso es a saltos. Nosotros vemos una continuidad porque no podemos ver los intervalos.

Ves esta luz continuamente, pues no es continua. Los electrones están saltando. Pero el intervalo es tan minúsculo que tus ojos no pueden captarlo. Los saltos se suceden tan rápidamente que cuando una partícula eléctrica muere y otra la sustituye no puede notarse: el salto es repentino. Tú enciendes una luz en la noche y en la mañana cuando la apagas crees estar apagando la misma flama: saltó miles de veces. Una se fue, se evaporó y otra nueva vino, todo en aparente continuidad.

Heráclito dijo que nunca puedes entrar dos veces en el mismo río. Porque el río fluye, y el agua no es la misma. Buda diría que no entras ni una vez, porque al fluir, tan pronto has tocado la superficie, ya se ha ido. Antes de entrar ya no está. Un paso sólo y cuántas fluencias se han ido: siempre en proceso de saltos. Este concepto llegó a Buda porque nunca experimentó Kundalini, sino el proceso de los saltos, de un chakra a otro. Así habla de siete chakras. También eso es posible. Yo puedo llegar a tu casa saltando, tocando sólo algunos puntos: no hay intervalos; no hay continuidad.

Mahavir nunca habla de chakras o saltos, sino de explosiones. Tú eres esto y luego eso otro: una explosión. No hay ni siquiera estaciones para saltar; es otra ruta: explosiones. Tú estallas: no hay continuidad ni saltos; no hay puntos intermedios que se crucen: hay explosión.

En Zen hay dos sectas: una se conoce como la Sudoka School y la otra, la Gradual School. Pero incluso esta última no habla de Kundalini: recorre otra ruta.

¡El cuerpo tiene tantas rutas! Es un gran mundo en sí mismo. Puedes emplear respiraciones y con ellas dar el salto. Puedes recurrir al sexo y a través suyo dar el salto, o emplear el estado de alerta, esto es, directamente a través de la conciencia, y dar entonces el salto.

La acción directa sobre la conciencia ha sido una de las rutas más profundas.

Pero incluso ella puede usarse de muchas maneras: trata de entender la complejidad de esto. Por ejemplo, un camino puede recorrerse de muchos modos: en coche, en carreta, a pie, el camino es el mismo pero distinto el modo de hallarlo. ¿Qué hay en común entre caminar o ir sentado en un coche? Nada. En el coche vas sentado sin hacer nada; pero el que sólo sabe caminar y desconoce que se puede transitar por el camino sentado, negará esta posibilidad, y ambos tienen razón.

He dicho que un mismo camino puede recorrerse en diferentes formas. Por ejemplo, Gurdjieff lo llama "Recordación" y, si bien la ruta es la misma, se apela a la conciencia, no como estado de alerta constante, sino como recordación. ¿Cuál es la diferencia? Recordación significa que estás en la calle y sólo te acuerdas de que tú eres. Detente por un momento, recuerda que tú eres; nunca olvides esto. Si te veo, me olvido de mí mismo al verte. Estoy alerta hacia una dirección.

Gurdjieff dice que pongamos nuestra atención en dos direcciones. Al escuchar un discurso, oír lo que el orador dice, primera dirección, pero ser consciente de ti mismo, de ti, del espectador, la segunda. No te olvides de ti mismo cuando escuchas. Recuerda que estás escuchando. Alguien habla y tú escuchas, ve más allá de ambos, y recuerda. Pon tu atención en doble sentido. La ruta es la misma, pero no el método.

Krishnamurti dirá: "No recuerdes de este modo, esto trae tensión y esfuerzo "Sólo sé consciente de la totalidad, no selecciones. No veas si tú estás aquí y el otro allá, deja todo incluido en la conciencia. No la enfoques, quédate en una atención desenfocada". Te estoy hablando y tú estás sentado, un coche pasa, se oye el silbato, las cosas están, y la conciencia está desenfocada. No la dirijas hacia algo. El método es distinto pero la ruta es la misma.

En la práctica tántrica, si ningún intoxicante funciona contigo y tú permaneces alerta, te comportas conscientemente, algo ha cristalizado en ti. Algo ha trascendido la química de tu cuerpo, de otro modo la química te afectaría. La química sigue funcionando en tu cuerpo, pero tú no estás sometido a ella; no puede afectarte.

Vemos, pues que hay muchas vías y que cada una puede hallarse de modos distintos. Mi método no está directamente vinculado a ruta alguna: es sólo como un vehículo que puede volar, nadar y caminar. Cualquiera que sea la necesidad de tu personalidad, cambiará el método: puedes llamarlo multimétodo; es indirecto, no puede ser directo. Yo te doy el método; y tu cuerpo, tu ser, te dará la ruta, y la energía que despierte, usará cualquier ruta: tántrica, budista, jain, sufi, Gurdjieff: yo puedo seguir una u otra.

Si alguno está siguiendo la línea Kundalini, encuentra ayuda con este método en su línea, y exclama: "Es maravilloso, mi previo método de Kundalini no funcionaba tan intensamente". El método sugerido no es Kundalini en absoluto, pero es flexible: síguelo y todo lo demás se hará por sí mismo.

Para el mundo del porvenir, tanto como para el mundo de hoy, sólo a tales métodos flexibles puede recurrirse, porque hay tantos tipos de gente. No era así en el mundo antiguo. En una religión particular, un tipo particular de método existía. Si eran hinduistas, sólo eran eso, no mahometanos. De hecho, nunca unos oían hablar de los otros. Nunca unos sabían de otras prácticas, y así no se confundían. Eran de un tipo solo. Si eran budistas tibetanos, sólo eran eso, nada sabían de otra cosa.

El condicionamiento de cada uno era igual, se criaron en el mismo medio: sólo un método, pues, se necesitaba. Ahora todo esto es difícil; las mentes están confundidas; de hecho no hay un tipo, cada uno es de tipo múltiple. Hay tantas influencias, y algunas contradictorias. Todas las religiones recomiendan no estudiar las otras, no escuchar a otros maestros. Esto no es un simple dogmatismo, aunque lo parezca; básicamente era para proteger el tipo. Y así condujo a innecesarias confusiones; de otra manera ningún método se hubiera usado de manera total. Ni éste ni aquél. Se trataba de evitar la confusión, pero ahora ya no es posible, pues, confusión es ahora la característica. Todos están confundidos sin remedio. No hay un tipo solo que pueda quedar protegido. Así, necesitamos nuevos métodos que no pertenezcan a nadie en particular y todos puedan usarlos. Por eso, este método es flexible y yo no estoy particularmente empeñado con Kundalini, ni con ningún otro, sino profundamente interesado en todos.

Usa este método, y el método encontrará la ruta, la ruta que a ti se adapte. Se lo dejo todo al método, porque él encontrará lo mejor y más exactamente de lo que tú pudieras. Pero el encuentro es inconsciente. Simplemente te coloca en una situación, como si hubiera un incendio en la casa; si puedes correr, corres; si puedes saltar, saltas. La situación te empujará a hacer lo conveniente.

La mente inconsciente siempre escoge la ruta de menor resistencia: es una matemática precisa, la economía interna de la mente. Nunca inconscientemente te inclinarás por una ruta larga, siempre por la más corta.

Solamente con la mente consciente escogerás caminos que a ninguna parte te conducen, o que son tan largos que mueres antes de llegar. Pero el inconsciente escoge siempre lo más corto, y el método creará la situación, y tu inconsciente tomará la ruta que sea potencialmente la indicada para ti mismo.

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