sábado, 1 de junio de 2019

LA EXPLOSIÒN ESPIRITUAL


Hay que entender qué es explosión espiritual: implica muchas cosas. La explosión es algo por lo cual nada puedes hacer directamente; tu esfuerzo no tiene sentido, no es algo que puedas manejar. La explosión te sucede. Nada puedes hacer, porque si la has provocado no será explosión en absoluto. "Tú" permanecerás, y “tú" continuarás, después de ella; "tú" estarás ahí. Si esto es lo ocurrido no habrás explotado. Positivamente no es posible ningún esfuerzo para lograr la explosión; he ahí la primera implicación básica.

Explosión significa discontinuidad con el pasado. Lo antiguo se ha desvanecido completamente y lo nuevo ha llegado sin continuidad entre los dos. La nuevo no está conectado con lo viejo, no hay vínculo causal; no está cansado de lo viejo. Si lo está no hay explosión, hay continuidad; lo viejo perdura en forma nueva. Quizá algo hayas ganado, quizá algo hayas agregado a ti, pero eres el mismo. El ser en esencia permanece igual. Sólo en la periferia hay acumulación y tu ego se ha fortalecido: eres más rico. Pero no hubo explosión en la continuidad.

Explosión significa que lo viejo ha muerto completamente y lo nuevo ha nacido. No hay relación causal entre los dos; existe un espacio infranqueable, un abismo. Puedes llamarlo explosión, pero es muy difícil entenderlo. En nuestra vida todo es inteligible, causal. Nuestro entero pensamiento lógico se basa en la causalidad, todo se halla conectado, relacionado y en continuidad con algo. Nada es nuevo; sólo hay modificación de lo viejo, y así es inteligible. Esto es porque la mente es la continuidad. La mente con su plenitud de conocimiento, la memoria, y lo nuevo, no puede entenderlo, y si tu mente trata de captarlo, se transforma en términos del pasado; le dará forma y significado; lo clasificará.

Si las cosas están vinculadas con lo viejo, la mente está tranquila porque puede entender. Explosión es algo que la mente no puede entender, pues en realidad ella es quien estalla y queda descartada completamente. Lo segundo que hay que comprender es que tú no eres capaz de saber lo que es la explosión: todo lo que entiendas no puede serIo pues lo que tú cambiarás es algo conocido en viejo. Puedes pensar que es como cualquier otra explosión, pero la explosión espiritual no es similar a fenómeno alguno.

Si una bomba estalla, todo se destruye; desaparece el orden anterior desaparece y se produce el caos. Nada nuevo se ha creado; subsiste el caos, la continuidad con el viejo orden. Es lo viejo en forma desordenada. Ninguna explosión material podría ser jamás símbolo o metáfora de mutación espiritual. La palabra proviene de un hecho material y tiene una connotación engañosa. Explosión espiritual no significa que lo viejo se haya desordenado, vuelto caótico, sino que algo nuevo ha nacido.

La explosión material es destructiva; la espiritual creadora. Si la queremos entender por analogía no podremos conocerla: algo muy nuevo adquiere existencia; puedes crearla; tan sólo estar vacío. Sólo puedes ayudar negativamente con tu ausencia, tu desaparición. Si estás ausente, la explosión tendrá lugar. Tu cooperación se necesita, pero de modo negativo, y esto es arduo; en cambio en forma positiva es fácil. Cooperar es fácil, no cooperar también; pero intervenir negativamente es muy difícil, porque implica no crear obstáculos, y los vamos creando al estorbar la creación de lo nuevo. Siempre enfatizamos lo viejo; el "nosotros" el "yo". Cuando digo que el yo es el pasado total, ¿cómo puede engendrar lo nuevo? ¿Cómo crear el futuro siendo el pasado? Siempre que digas yo, existirá el pasado en una sola palabra, lo muerto, lo que debiera estar enterrado y subsiste detrás del yo. Por eso es el yo el estorbo, el único obstáculo y obstrucción para que entre lo nuevo.

Comprende que tú eres lo viejo, y deja que esta comprensión se ahonde, penetre profundamente en lo más íntimo de tu ser. Date cuenta de que tú no puedes ayudar al surgimiento de lo nuevo, y, a menos de que lo nuevo surja, no hay espiritualidad; a menos de que lo nuevo explote, no puedes renacer, no estarás en la dimensión de lo Divino.

No es que yo tenga que liberarme, más bien hay que liberarse del yo. No es que yo deba hacer algo para que este fenómeno suceda. Pero continuamos en el hacer esto o lo otro, en la continuación del yo, su prolongación. Me proyecta en el futuro, y entonces no puede haber explosión.

El pasado muerto, que se acumula como el polvo, se sigue acumulando en el espejo de la Conciencia, desaparece el espejo y sólo el polvo queda; nos identificamos entonces con el polvo. ¿Puedes imaginarte a ti mismo sin pasado? Si se destruyera, ¿dónde estarías? ¿Qué harías entonces? ¿Quién serías? Si todo lo que forma tu pasado se desvaneciera, paso a paso sentirías tu desintegración y desaparición. ¿Entonces con que ibas a identificarte? Sin pasado todavía existirías, pero no del mismo modo; serías diametralmente opuesto a lo que eras. Si todo tu pasado se desvaneciera serías sólo Conciencia, ya no un ego. El ego es la acumulación del ayer, del pasado. Si se desvaneciera te convertirías en un espejo, reflejándolo todo con una nueva identidad. Si te das cuenta que eres tú el estorbo, no tienes que hacer nada, tu estado de alerta destruirá la vieja identidad, y cuando esto sea así completamente, cuando se produzca la abertura entre tu Ser real y tus memorias; entre tu ego y tú, en esa abertura, en ese espacio se producirá la explosión, esta explosión que no puede captarse intelectualmente en ningún sentido, y peor será cuanto más lo trates. No te preocupes, pues, relájate; no te esfuerces en entenderme, siente más bien, dentro de ti mismo lo que digo. Si te afirmo que eres el pasado, no juzgues si es cierto o no. Simplemente adéntrate y siente lo que, has oído; piensa en términos de hechos consumados. Porque lo son.

Adéntrate y mira si de veras eres el pasado, si lo que te he dicho es realmente un hecho. ¿Tienes algo más que tu pasado? ¿Eres el pasado muerto, o hay algo vivo en ti que no sea parte integrante de tu ayer? ¿Qué es? No puedes encerrarlo en tu pasado, porque el yo es confinamiento. Puesto que el pasado es limitado, puedes confinarlo: es finito. Pero cuando te das cuenta de que hay algo en ti que no es parte del pasado sino del aquí y ahora, entonces, aunque todo el pasado se destruya, permanecerá, y lo que subsista, a pesar de la eliminación del pasado, es la conciencia como un espejo, la Conciencia pura: eres el espejo que lo refleja todo, sientes el espacio entre tu ego y tú.

Si puedes permanecer alerta a esto, consciente, estás meditando; si puedes permanecer en este entendimiento alerta, en este espacio entre tu Ser real (Conciencia) y tu pasado, la acumulación de tu ser (ego) se convierte en capa externa, línea fronteriza. Tu centro es Conciencia pura, permanece en él. Será muy difícil, muy arduo e inconveniente, porque nunca has estado así. Siempre corremos hacia la periferia y nos identificamos con ella; vivimos en la superficie, nunca en el centro; en la periferia que es el ego, pues todos los acontecimientos ahí suceden.

La circunferencia es el lugar donde te encuentras con los demás. Si te aman, el suceso de amor está en la periferia pues sólo la tuya entra en contacto con la del otro. Todo, en el mundo, sucede en la línea superficial, y allí permanecemos; nuestro campo de actividad. Pero el Ser está siempre en el centro, si en ese centro te mantienes, eres tú el mismo; si puedes darte cuenta de la periferia como tu pasado muerto, como la superficie, como un cuerpo, el tú se desvanece, y no me refiero al cuerpo físico; el ego es el cuerpo.

Si este espacio es, no intelectualmente comprendido, no entendido lógicamente, sino sentido existencialmente, se convertirá en algo impropio, te sentirás incómodo, como si te fueras a morir, pues siempre permaneciste en la periferia donde realizaste tu vida, y no conoces otra. Parecerá que te ahogas, y la mente te murmurará: "regresa a la periferia, allí está la vida", Pero no es así; en ella no hay vida, sólo acción; sólo qué hacer, no ser. Por esto no soportas no hacer nada; hay que hacer algo: leer el periódico, oír el radio, cualquier cosa, o irse a dormir.

La inactividad es lo más difícil, y el Ser se revela únicamente a quienes pueden permanecer en inacción, sólo en el centro. He ahí lo que quiero decir por cooperación negativa; se coopera, pero negativamente. Entonces la explosión tiene lugar; algo te sucede, pero situado tú en el centro. No quiere con esto decir que no seas capaz de nada, sino que la calidad de la acción será del todo diferente: florecerá un amor distinto que no será un acto, sino un estado de la mente, y se convertirá en tu propia existencia. Estarás henchido de amor, y toda acción, toda relación poseerá una distinta calidad, un significado diferente.

A través de esta explosión quedarás absolutamente desidentificado de la mente, del ego, del cuerpo, de la periferia… totalmente: la explosión habrá destruido la identificación; habrás perdido tu continuidad pues pertenecía a la periferia; habrás dado un salto. Si sólo vas corriendo por la superficie, tendrás continuidad, en ella puedes correr y correr toda tu vida, ya que cada paso está ligado al anterior, y te conduce al siguiente: es un proceso de eslabones. Pero saltar de la periferia al centro no es continuación de nada; es discontinuidad, sin un paso adelante ni causa anterior: algo completamente nuevo y sin causa.

Es difícil captar esto porque en nuestro mundo de acontecimientos todo tiene su causa. Pero ya la moderna física se ha acercado a este punto; y ha alcanzado una situación paralela. El comportamiento del electrón es discontinuo, y esto ha conducido a la física a entrar en una nueva dimensión.

Antes de este siglo, la física era la ciencia más firmemente basada en el método científico: todo tenía una causa y una continuidad, todo poseía una certidumbre porque sólo en un proceso causal existe la seguridad. Cuando las cosas acontecen sin causa no hay certeza, no hay leyes que puedan aplicarse. La ciencia se puso temerosa al observar la conducta del electrón: carece de causas. A veces desaparece de un punto y aparece en otro sin continuidad entre los dos. Del punto A se desvanece y aparece en el B, sin continuidad de existencia entre A y B. No se ha trasladado, su tránsito no ha sido continuo: es misterioso. Y yo recurro a ello como analogía.

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